LA PEQUEÑA ORUGA GLOTONA. Libro títere de dedo, o las formas del abuso.

 


Escrito e ilustrado por Eric Carle

Los derechos de traducción pertenecen a Penguin Random House. Sin datos de nombre particular.

Publicado por Beascoa

Recomendado para bebés

Libro álbum- libro juego

 

     Cuando trabajas con niños es inevitable que te empieces a llenar de ciertos objetos. Comienzan a aparecer algunos juguetes, los títeres asoman su cabeza; comienzas a plegar papel con la esperanza de que aquello sirva para algo, las manualidades se tornan inevitables e incluso surgen libros álbum y libros ilustrados por doquier. Aunque no tengas hijos, como es mi caso.

     Poco a poco mis estantes se han ido poblando de libros para los más pequeños, pues es una población con la que he tenido mucho contacto, sobre todo el último año, en mi labor como bibliotecario. Libros como Korokoro, Tener un patito es útil o Jacominín han llegado para quedarse, y en mi lista de deseos, junto a títulos como Viaje al oeste se encuentran títulos como Un zorro, Vamos a cazar un oso o el infaltable clásico de Carle, La pequeña oruga glotona.

     Quienes han trabajajado con niños pequeños se han topado con este libro de manera inevitable. Narra el paso de una oruga hasta llegar a mariposa y en el intermedio como cada vez con más apetito. Carle, artista con alma de ingeniero de papel, forja un libro en donde cada una de las cosas que la oruga come tiene un agujero que se puede atravesar con un dedo, un lápiz o lo que se te ocurra. De igual forma, permite que visualmente, a partir del uso de solapas, se pueda visualizar la cantidad, Así, el dos es superado por el tres y el cuatro, y el niño puede ver esos cambios. Amen a esto, Carle, con su particular estilo crea un personaje sencillo, pero lleno de color que solo puede ser calificado de adorable. Por bien o por mal el fenómeno no se quedó solo en lo literario. Se pueden encontrar muñecos de la oruga glotona, bufandas (este año pienso tejerme una), títeres (espero que Silvia se deje robar el de ella), aretes e incontables versiones del libro.

     Érase una vez un hombre llamado Bill Watterson que luchó a brazo partido por no permitir un lucro innecesario alrededor de su obra, al punto que prefirió dibujar un día una viñeta final y desaparecer del medio con tal que los Sindicatos (los encargados de la distribución de historietas en USA) hicieran de su obra lo que ellos quisieran. En este momento, a despecho de quienes adoramos a Calvin & Hobbes, no es posible encontrar un solo muñeco autorizado de sus personajes. Por eso nunca veremos, a menos que se venzan sus derechos de autor, un solo cortometraje de Spiff, Lisa o El Capitán Estupendo. Con Carle no pasa lo mismo.

     Debe entenderse que en el mercado editorial pueden encontrarse varias ediciones de un mismo libro. Suele empezarse con una versión en tapa dura y luego una versión en rustica para finalizar el proceso en una edición de bolsillo. En el caso de los libros para primera infancia puede encontrarse versiones en cartoné, tapa dura y tapa blanda. Abundan los colores, por supuesto. Eso los hace más caros a su vez. En La pequeña oruga glotona las ediciones se disparan. Hay ediciones para el baño, en cartoné, en formato grande con tapa dura y en formato pequeño; hay libro juego, libro títere, desplegable y, por supuesto, La pequeña oruga glotona 123. Libro títere de dedo. Creo que se va entendiendo un poco la idea.

La pequeña oruga glotona 123. Libro títere de dedo no es La pequeña oruga glotona. De hecho, es un libro diferente. No una versión resumida o condensada, si no un libro que tiene una concepción diferente del relato que se centra en el conteo, ya nos hasta diez o nueve u ocho, si no que se detiene en el cinco, para pasar luego a la bella mariposa. Me queda la duda si el libro se entiende en toda su extensión sin las glosas del mediador o sin conocer la obra original. Pasamos así de la obra creativa al producto editorial.

De hecho, en la portada del libro existe un logo particular que pone World of Eric Carle, rubricado, cómo no, con los elementos diferenciadores de la oruga glotona. Así, asumo, se justifica y se advierte de la capacidad de versionamiento del personaje ad absurdum. Por lo pronto disfruto de mi libro de La pequeña oruga glotona, en mi lista de deseos permanece un volumen que creo que es la obra integral que en algún momento conocí. La oruga me mira con sus ojos verdes rodeados de amarillo que destacan en la cabeza de trapo roja. Espero sinceramente que Silvia tenga a buen recaudo su títere.




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