En: Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero
Escrito por Álvaro Mutis
Publicado por Alfaguara
Recomendado para grandes lectores
Novela corta
No es la primera vez que me sumerjo en las
aguas de Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero, pero en ese
momento lo leí de forma individual y de un solo tirón, ahora lo leo en compañía,
en un grupo de lectura, deteniéndome un poco más, contraponiendo mi punto de
vista con otros. Leer en grupo es diferente a leer en soledad. De esta última
forma el texto es todo tuyo y te puedes detener o adelantarte lo que desees. En
cambio, al leer en grupo te aseguras de convenir con antelación unos plazos, de
leer a cierta velocidad, de no abandonar el grupo. Luego viene la discusión. No
hay verdades absolutas, pero puedes encontrarte con que aquello que has odiado
a otros les gusta o viceversa. Poner en consideración, además, libros amados
significa vulnerar tus pasiones.
La nieve del almirante es la primera
de las novelas de Mutis dedicadas al ciclo de Maqroll el Gaviero, personaje
singular que encontramos por estar navegando en un río que asumimos afluente
del Amazonas, en una embarcación que nunca podría tener una gavia. En este
primer libro Maqroll se ha aventurado a irse a buscar un aserradero, del que solo
ha escuchado rumores, con el fin de hacer negocio con madera barata. Parte del
patrimonio que va a invertir pertenece a Flor Estévez, suerte de Dulcinea del
Toboso para este Quijote, amante y dueña de La nieve del almirante, un bar,
taberna, restaurante, al lado de una carretera en el páramo.
Hay que señalar que a pesar de la compañía
y de los encuentros con mayores, indios y soldados, Maqroll permanece solo en
su historia; el relato que hace, en forma de diario, es por completo introspectivo,
pesaroso y pesimista (realista). No hay ningún heroísmo en Maqroll, solo un
viaje iniciático de descubrimiento. Es precisamente esto lo que molestó a
algunos de los integrantes del club de lectura. Interesante conocer una voz
diferente a Gabo, interesante encontrar tal cantidad de frases iluminadoras,
pero… (palabra maldita donde la haya), pesado; demasiado incisivo en lo de ser
un perdedor, en no tener futuro; demasiado quijotesco. No encontramos, además, la
razón del interés del Mayor en él (quizás encontró un espíritu afín, pero eso
es hilar demasiado fino, entre las líneas de las líneas, sin encontrar en el
texto un asidero para esto más allá de cierta empatía).
Del grupo sólo dos seguiremos leyendo a Maqroll, en tanto el grupo se dedica a nuevas lecturas. La pesadumbre nos gusta, la introspección nos atrae, y creemos que el próximo libro puede ser menos denso.
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