EL HOMBRE DE LOS GATOS

 



Escrito por Karim Shamsi – Basha e Irene Latham

Ilustrado por Yuko Shimizu

Traducido por Raquel Castro

Publicado por Océano Travesía

Recomendado para Lectores en marcha

Libro ilustrado

 

     Quería que me gustara este libro. En verdad que quería. Pero no me ha gustado este libro, de verdad que no.

     La historia procede de la vida real. Es la historia de Alaa Aljaleel quien es un habitante de Alepo y quien está atrapado en una guerra. Siendo un conductor de ambulancia, se pregunta, además, quien cuida de todos esos gatos que han sido abandonados a su suerte en medio de ese cataclismo horrible. Así mismo, decide que él los reunirá y acogerá. Pronto se ve desbordado y tiene que solicitar ayuda, que llega de sus vecinos y a nivel internacional. Pronto su centro de animales se convierte en una suerte de refugio. Palabras más, palabras menos, esa es la historia que cuenta El hombre de los gatos.

     Es una historia apasionante y ejemplar. Es una historia sucinta, que contiene en sí mucho de drama y tensión. Es una historia donde no logramos empatizar con el personaje principal ni con los hechos que se narran. Pasamos por la historia sin apenas conmovernos. Las palabras caen sueltas en el papel.

     El hombre de los gatos tiene todos los elementos para convertirse en una historia inolvidable, pero apenas hace mella en mí. ¿Por qué? Varios son los puntos.

     El primero y el más importante tiene que ver con la tipología textual. Se trata de un libro no ficcional con la intención de informa acerca de un hecho, casi como un informe periodístico al alcance de los niños. Esto me lleva al segundo punto. Un libro a mi alcance que toca el tema de la guerra es La zapatilla roja (Gruβ & Kretschi; 2012), pero logra contextualizar y tocar al lector, que el lector entienda el horror de la guerra y el hecho que narra es desgarrador. No pone solo al protagonista en medio de una guerra, sino que nos contextualiza sobre ella, hace que entendamos el horror.  En este sentido es donde El hombre de los gatos es más confuso. Si bien es claro que se trata de un libro narrativo de tipo no ficcional, acompañado de unas ilustraciones preciosas, las palabras que lo narran no nos hace sentir la belleza de Alepo perdida en la guerra ni él que hace que las personas huyan abandonando a sus gatos y perros y preciadas posesiones. No se trata de ser sensacionalista, se trata de dar cuenta de un hecho que no es lo mismo que emigrar por un fenómeno natural o por querer conocer otro país. Nada de eso se comunica, se da por hecho que el lector lo dimensiona, pero al tratarse de niños eso no es necesariamente un hecho. Más aún, cuando nos enfrentamos ante la guerra en principio a través de la ficción audiovisual que la retrata casi como un videojuego. Por otro lado, ni siquiera se entiende lo que sucede con los gatos, porqué su abandono es tan doloroso, tan significativo.

     La historia de Alaa Aljaleel es casi digna de una epopeya. Imagino ese hombre llamando esos gatos que no saben si confiar o no en él, escabulléndose entre sus dedos, escondiéndose debajo de los carros, en los escombros, con esos ojos agónicos y suplicantes; delgados casi hasta los huesos, preparándose para vender cara su vida, mientras en cualquier momento se reanudan los ataque o suenan las sirenas a lo lejos.  Lo logrado por él, abarcando el refugio y cuidado de otros animales y siendo espacio para los niños, cuando hacerlo en un país en paz es por sí muy complicado y demandante, es una labor titánica. Tal vez el tiempo, y otros narradores, puedan estar a la altura de esta tarea.

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