PAPRIKA

 


Escrita por Yasutaka Tsutsui
Traducida por Jesús Carlos Álvarez Restrepo
Prólogo de Fernando Iwasaki
Recomendada para grandes lectores
Novela – Literatura japonesa

Paprika ha tenido una enorme influencia en el mundo audiovisual occidental, al punto de ser reconocida como la inspiración principal de obras como Matrix o El origen. El anime, que algunos consideran mejor que la novela, es considerado también una obra de culto. 

En líneas generales se trata de la historia de Paprika, una detective de los sueños, quién es el alter ego de Atsuko Chiba, una reputada científica aspirante al Nobel de fisiología o medicina. Junto a ella está nominado el doctor Kōsaku Tokita, quién es un investigador puro, de esos que no miden las consecuencias de sus actos. En el mundo planteado por la novela, la psiquiatría se ha unido a la tecnología para adentrarse en el inconsciente de los esquizofrénicos y así curarlos. Por supuesto, no todos los psiquiatras están de acuerdo con esto, y alguno se ha apoderado de las invenciones de Kōsaku Tokita, de manera tal que Paprika debe aparecer en escena. De esta forma nos adentramos en el mundo onírico y pronto este se adentrará en el mundo real. 

Fernando Iwasaki, quién prologa el libro, hace referencia al humor de esta obra, a su sátira y su capacidad de reírse de sí misma, pero también a la visión de una literatura donde si aparece una pistola esta no necesariamente tiene que dispararse. Por supuesto, al adentrarnos en el mundo de los sueños, esto también parece estar justificado. Sin embargo, a nivel personal, hay elementos que no me terminan de cuadrar, quizá lo que interpreto como una enorme misoginia de parte del autor, que describe a Paprika como una gran investigadora, pero que necesita siempre acostarse con sus pacientes, de tal manera que la terminamos viendo como una persona voluble cuando no incapaz de seguir el dictado de la razón. 

De Paprika no me molesta su extensión ni su capacidad de divagar, pues he leído demasiado a King para quejarme por ello, pero sí me molesta su empleo superficial de conceptos psicológicos que usa a su antojo a lo largo del relato, pero que parece no conocer lo suficiente. 

En resumen, y por suerte, no todas las obras literarias tienen porque gustarnos a todos de la misma manera. En mi caso, agradezco una vez más la existencia de las bibliotecas públicas pues de otra forma quizá me estaría doliendo el bolsillo con la adquisición de una obra que no terminó de convencerme.

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