LA PRINCESA Y LOS TRASGOS




Escrito por George MacDonald
Edición y traducción de Carmen Martín Gaite
Publicado por Ediciones Siruela
Recomendado para los pequeños
Cuento de hadas

 Sí, es más extenso que Blancanieves o la Cenicienta o Caperucita Roja, pero el espíritu es el mismo, el relato tradicional de cuento de hadas, el adentramiento del hombre en Fantasía con todo lo que aquello pueda acarrear.

 No buscaba leer La princesa y los trasgos, sencillamente el nombre de George MacDonald me trajo alguna enrevesada remembranza (enrevesada porque al momento no consigo recordar de que lo he leído antes). En un principio el relato me estaba sacando. La situación ñoña, los diminutivos (“Había una vez una princesita cuyo padre reinaba en una vasta comarca, plagada de montes y valles”, “La princesa, aunque pequeñita y de dulce carácter, se había hecho adulta muy pronto”.). El bostezo acudió pronto a mí. Sin embargo, perseveré y en el capítulo VI, cuando aparece Curdie, un niño minero, las cosas comenzaron a complejizarse. Luego, en algún momento, ante un daño inesperado, Irene, que así se llama la princesa, desea sacar su dedo a la luz de la luna porque piensa que así sanará. Los elementos simbólicos comenzaron a dispararse y las alarmas en mi cabeza también. El relato no era tampoco un relato común. Sin embargo, dejaré las decisiones al lector.

 Siendo concisos este es el relato de una pérdida, una busqueda y un encuentro; del enfrentamiento de los hombres contra los trasgos y de lo que acontece cuando ambas fuerzas se encuentran. También de lo que el Destino teje entre la princesa (8 años) y Curdie (13 años), que se cierra con un beso en los labios. Pero hay cosas enigmáticas en medio de ellas, la figura de la tatatatarabuela, por ejemplo, o la misma esencia de los trasgos, o el papel de la luna en todo esto.

 Hay preguntas que quedan sin resolver, y esto es porque tiene una continuación llamada simplemente: La princesa y Curdie, que en algún momento leeré.

 Una cosa, empero, echo en falla, las terribles ilustraciones de Pablo Álvarez que parecen querer darle un sabor hispano al relato y que simplemente me sacaban. Amen que se presentan en gama de grises cuando en su origen eran policromas, lo que le da al texto un aire más cercano al texto escolar que a una edición de Siruela.

Comentarios

Publicar un comentario