JOHN SILENCE, investigador de lo oculto




Escrito por Algernon Blackwood

Traducido por Francisco Torres Oliver, Santiago García, Javier Sánchez García-Gutiérrez

Publicado por Valdemar

Recomendado para jóvenes lectores 

Colección de relatos


A diferencia de Tolkien, H.P. Lovecraft tuvo todo un ejército de escritores con los cuáles construyó su horror cósmico. Así, su mitología fue casi un movimiento literario en sí mismo. Uno de quienes más aportó a los mitos de Cthulhu fue sin duda Algernon Blackwood. 

Llegué a John Silence a través de un libro sobre gatos (El tigre en casa, ya reseñado) y me encontré con una colección de relatos cautivantes, que me subyugaron, a pesar de que en muchos de ellos hay más presencia de descripciones que de acción en sí misma. Esto último lo subrayó, además, porque en la actualidad parece que lo que debe primar, lo que se sugiere que prime, es la acción con muy pocas o nulas descripciones. Sin embargo, lo dice Jacobo Siruela, lo sabía Poe, lo sabía Lovecraft, lo sabía -sin lugar a dudas- Tolkien, y lo sabe Stephen King, la creación de la atmósfera es uno de los elementos más relevantes de la fantasía. 

De John Silence no sabemos mucho, excepto que es un hombre que sabe. No es presuntuoso en sí mismo y, a la manera de Sherlock Holmes, logra resolver sus casos. Por supuesto, hay muchos elementos que son Deus Ex Machina. John Silence llega a sus conclusiones porque es una persona que ha experimentado el mundo de la intuición y de lo oculto de una forma especial que nunca nos es revelada, pero eso también hace que el personaje tenga su peculiar encanto. Confiamos en Silence como hoy confiaríamos en Constantine, excepto que el primero no es un hijo de puta. 

Tres o cuatro relatos llamaron mi atención en particular. Uno de ellos hubiese deseado que terminara diferente (aquel en el que hay un pueblo de gatos), pero dado el momento en que fue escrito era difícil que terminara de otra forma. En tanto que el último, quizá el más breve, es una clase magistral de la forma en que podría funcionar la verdadera magia, y las consecuencias que se pagarían por ejercerla. 

Por último, no se puede dejar de señalar que este conjunto de relatos tiene la habilidad de los libros de la adolescencia de quitarnos horas de sueño con tal de saber en qué terminan las cosas. 


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