CUENTO DE HADAS

 


Escrito por Stephen King

Ilustrado por Gabriel Rodríguez y Nicolas Delort

Traducida por Carlos Milla Soler

Publicada por Plaza Janés

Recomendada para jóvenes lectores

Novela norteamericana – literatura fantástica – cuentos de hadas


RESEÑA

Creo que hace algún tiempo no esperaba con tanta ansía un libro de Stephen King como había esperado este. Me encantaba desde su título hasta su preciosa caratula azul que me evoca Ojos de dragón. La historia, en suma, también me gusta, narra un encuentro y una busca, un príncipe y una perra que envejece de forma irremediable. Hay un héroe joven y un mundo subterráneo, una Fantasía que tiene sus propias reglas y sus propia historia. Hay, por supuesto, un misterio a resolver y un representante de la oscuridad. No es la primera incursión de King en los terrenos del cuento de hadas, pero no sé si es la más afortunada. 

Entremos en detalles. Cuento de hadas narra la historia Charlie Reade, quien perdió a su madre y quien desde entonces vio a su padre sumirse y luchar contra el alcoholismo. Por supuesto no pasa indemne por esta experiencia. Un día, al pasar por la calle encantada de su ciudad oye un aullido desesperado y se encuentra de frente con la tragedia y el amor. Tragedia porque hay un hombre anciano que se ha roto una pierna. Amor, porque la responsable del aullido es una perra anciana llamada Radar. Este encuentro, este descubrimiento, hace que el anciano y el chico se acerquen y que a la muerte del primero Charlie heredé una misión y deba adentrarse en una tierra de fantasía. 

Es innegable la capacidad de narrar de King, quien te adentra sin que te des cuenta en la aventura que te propone y a quien le crees a pies juntillas lo que te cuenta. Ves al viejo ermitaño, comprendes cómo vive, no dudas de lo que acontece, y temes por todo lo que sucede en este reino de cuento. En este sentido King se sale con la suya una vez más. Somos sus lectores confiables, creemos en él, de su mano nos adentramos en la oscuridad y salimos victoriosos. 

No podemos dejar de señalar, además, las hermosas ilustraciones que acompañan el inicio de los capítulos y ayudan a construir una atmósfera, por no decir que hacen un poco más comprensible, sumado a la extensión, el costo de este volumen. 

CRÍTICA

Quien se ha adentrado en los mundos de King, sabe que no hay uno solo sino varios. Está el King que escribió Carrie y el King que escribió Maleficio y el que escribió It, Está el King que escribió La Torres Oscura 1, el que escribió Las torres 2, 3, 4 y 5, y el que escribió la 6. Está el King que escribió Ojos de fuego y el que escribió Maleficio. En lo único que se asemejan todos es en la forma magnética de contar, construir personajes inolvidables y arrastrarte dentro de la historia. Aún así, la calidad es bastante irregular. Él mismo lo reconoció en más de una ocasión; ha sido su peor crítico y el más mezquino. Hay, además, tópicos que se reiteran. Uno de ellos es el de la infancia, otro la relación entre un adulto y un niño a través de la enseñanza o tutoría. Está, también, el de las máquinas poseídas y el de las niñas incomprendidas con poderes. Por supuesto, no se puede dejar a un lado el que se centra en el escritor y la magia de la literatura. Durante sus últimas obras han aparecido también los perros que envejecen, como en el caso de Laurie o de Cuento de hadas.

Durante las últimas dos décadas existe un King mucho más aceptado por la crítica y por el público en general, ha recibido más reconocimiento y es más respetado. Hacen parte de esta nueva época: Elevación, Joyland, El instituto y La caja de botones de Gwendy, entre otros. 

La caja de botones de Gwendy, escrito en colaboración con Richard Chizmar, exhibe un problema que se presenta de nuevo en Cuento de hadas, y es que muchas partes parecen resumidas (de hecho todo el libro de Gwendy parece un jodido resumen). En este caso eso se hace patente en los primeros - ¿e innecesarios?- capítulos. Por otro lado, aparece algo que no le había encontrado con anterioridad y es que en muchas partes se limita a señalar una acción o personaje similar a algo que acontece o se suele encontrar en el canal TCM. Es como una forma esquemática de evitar descripciones. Así, en Cuento de hadas aparecen vicios de escritura, reiteraciones, huevos de pascua que podrían considerarse innecesarios a pesar del más que evidente retelling que tan popular parece haberse vuelto en los últimos años en relación con un público juvenil. Charlie visita una versión de Oz, y recordamos a Rolando de Galaad enfrentándose a la ciudad esmeralda en Mago y cristal. De hecho, durante muchas páginas esperaba encontrar un pistolero o que nombraran una baronía. Tanto así que tanto el señor Bowditch como el mismo Charlie usan en su momento pistoleras que se amarran a la pierna como las que se describen en las obras relacionadas con el pistolero. 

En resumen, Cuento de hadas es una obra que se deja disfrutar pero que adolece de vicios estilísticos que podría uno atribuir a cierta dejadez y falta de autocrítica, construyendo una obra que quizá sería más severamente recibida de no tratarse de un libro escrito por Stephen King. 

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