LAS AVENTURAS DE SOLOMON KANE

 


Escrito por Robert E. Howard

Traducción y terminación de relatos a cargo de Javier Martín Lalanda

Publicado por Grupo Editorial Anaya

Recomendado para jóvenes lectores

Cuentos – Aventuras


Howard es reconocido por Conan, el bárbaro, personaje que saltó de las páginas de sus relatos al mundo transmedia, siendo incluso recurrente en las publicaciones de Marvel Cómics. Sin embargo, este escritor es notable, además, por su simpatía con el círculo de Lovecraft, y por la creación de muchos otros personajes de interés, entre ellos, por supuesto, Solomon Kane. 

Seamos correctos. Solomon Kane, al igual que Conan, no es un personaje que destaque precisamente por su profundidad de carácter y sus matices de personalidad. Es un personaje unidimensional al que Howard pretende definir con el adjetivo de puritano. De hecho sus motivaciones son muy vagas a lo largo de los diversos relatos. Solo lo mueve un sentido de justicia, sea lo que sea que implique eso. El resultado: destrucción, fuego y sangre. Un cóctel explosivo que mantiene al lector entretenido escenario tras escenario. He aquí, pues, uno de los elementos que hace atractivo este tipo de literatura. 

Solomon Kane se mueve a través de paisajes exóticos donde todo puede suceder. El mundo que muestra al lector es muy parecido al propio, pero al mismo tiempo tiene vampiros y bestias sedientas de sangre y la posibilidad de encontrar civilizaciones que se consideraban perdidas. Kane, además, no tiene tiempo para el romance. Solo puede moverse una aventura tras otra tras otra sin poder descansar jamás. Su sed de justicia se mueve, y a nosotros nuestra sed de lo exótico. Sabemos, además, y amamos esto, que él se impondrá. 

Esta edición, por otro lado, tiene bastantes ribetes de interés pues nos da cuenta del periplo completo del personaje. Nos da pistas de un posible comienzo, una suerte de afrenta lejana, y nos lleva a una suerte de conclusión, que puede o no puede gustarnos, pero que tiene mucho de justo. Mucho tiene en común Kane con el judío errante. Para lograr esto, empero, tenemos una labor titánica de su traductor al español quien se dio a la tarea de completar muchos relatos. En algunos de ellos se notan las costuras, en otros nos cuesta asimilar que tanto fue lo añadido.  

El resultado de todo este proceso es una colección de cuentos muy entretenidos que cumplen con una de las funciones principales de la literatura: la ensoñación. 

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