LA VIDA ES UN RASGO DE TELA




Escrito por Ángela Sosa

Ilustrado por Sebastián Cadavid

Publicado por Frailejón Editores

Recomendado para jóvenes lectores

Colección de cuentos


Elizabeth sonríe cuando habla de este libro. Sonríe de esa manera especial que tiene cuando algo le toca, le conforta, el corazón. 

La vida es un rasgo de tela es un libro bello que nace a partir de la selección de documentos atroces, en este caso las actas de defunción de niños en Girardota en 1953. Niños que vieron muy poca o ninguna luz y murieron. De raquitismo o bronquitis o de repente. Niños cuyo paso por la tierra fue leve y de seguro fueron llorados y amados. La narración es en primera persona, recrean su poco tiempo de vida; recrean, en algunos pocos casos, el vacío que dejaron. Los textos son cortos, explican lo necesario. 

No hay afección aquí ni sentimentalismo barato. Hay impresiones como las que dejan las hojas sobre la tierra húmeda.   

El ejercicio es en apariencia sencillo. Tomas un hecho, del que tienes uno o dos datos, que está sepultado en el tiempo y brindas luz -voz- a sus protagonistas. El resto es trabajo del lector. 

Como objeto el libro no destaca, y curiosamente es esa la forma que tiene de llamar la atención. En medio de las caratulas chillonas e industrializadas de King, Sanderson y Lovecraft, La vida es un rasgo de tela parece una libreta de apuntes de las que tenían las mamás. No hay créditos en la caratula y la cuerda que le envuelve nos recuerda los antiguos libros de cordel, esos que se alquilaban en algunos kioskos, cuando la literatura estaba en los kioskos. La ilustración, ayuda también a reflejar esa impresión a libro viejo, del siglo pasado, donde otra niñez fue posible; donde no existieron juegos de video o condominios cerrados o canales de streaming; tampoco vacunas, quizá, o tratamientos médicos adecuados. 

La vida es un rasgo de tela es un tesoro para el alma sensible, atenta, que escapa de la maquinaria industrial de producción literaria. En este sentido, no es un libro que hubiese sido posible en Penguin Random House o en Santillana; no hay ganancia segura en la publicación de estas páginas; hay amor en cambio, hay cuidado en los detalles, hay respeto por el lector.  

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