CATWINGS. Las aventuras de los gatos alados


Escrito por Ursula K. Le Guin

Ilustrado por S. D. Schindler

Traducido por Blanca Gago

Publicado por Flamboyant

Recomendado para los pequeños

Colección de cuentos – Cuento ilustrado

Lo primero que ves es un recuadro amarillo sobre el que destacan dos siluetas de gatos. En la parte de arriba se ven cuatro siluetas de gatitos con alas alejándose. Nadie nos lo muestra pero sentimos el aroma del atardecer y el azul del cielo y las nubes blancas. Sabemos que ese recuadro amarillo es una puerta de entrada a un mundo misterioso y, quizá, mágico. 

Las aventuras de los gatos alados es una colección de cuatro relatos cortos de tipo victoriano. Las historias son sencillas y atractivas, pensadas para un público infantil, pero no por ello despojadas de simbolismo. Hay alegatos entre líneas, discursos a favor de las minorías y en favor de la diversidad. Los gatos alados huyen y se esconden porque saben lo que sucedería con ellos si se les encuentra, intuyen lo que el ser humano puede hacerles. Acerca de su origen solo sabemos lo que nos dice su madre, “Quizá tienen alas porque una noche, antes de que nacieran, soñé que podía volar y escapaba de este barrio.” (p. 11). Así inician sus ires y venires. 

El primer relato es el de un escape, el segundo el de un encuentro, el tercero es acerca del otro, en tanto el cuarto es acerca de la emancipación y sus consecuencias. En todas ellas los protagonistas son los gatos alados, pero también lo somos nosotros, que hemos salido de casa, que hemos añorado a nuestros padres, que hemos sido atacados por miedo, que hemos encontrado a otros diferentes pero similares, y que también podemos dar cuenta de alguna suerte de bondad, porque no todo es oscuridad en el alma humana.  

Son simples los gatos alados, pero al mismo tiempo son salvajes y mágicos, 

        “Entonces, a través de los sueños del niño que duerme     en esa habitación vuela un gato con alas, y el niño tiende     la mano para acariciarlo. Pero el sueño se desvanece y       Jane sigue volando, cantando su salvaje canción de los        gatos alados.” (p.170)

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