LOS OJOS BIZCOS DEL SOL (Transcrepuscular, Antisolar y Subsolar)

 





Escrito por Emilio Bueso

Publicado por Gigamesh

Recomendado para jóvenes lectores

Ciencia ficción – biopunk – trilogía

 

     Fue por abril de 2018 que llegué a Transcrepuscular de Emilio Bueso (pueden ir a mi reseña de aquel entonces: https://lecturasparatodos.blogspot.com/2018/04/transcrepuscular.html) de una manera accidental y entendiendo la cosa a medias. En aquel momento leí una copia digital pirata, sobre lo que el propio Bueso me hubo de llamar la atención – eso sí, de una forma muy diplomática-, razón por la cual tengo hoy las copias digitales de cada ejemplar de la librería.  Es lo único digital que he leído durante todo el tiempo de pandemia y ha valido la pena cada maldito segundo.

     Los ojos bizcos del sol transcurre en un mundo muy diferente del nuestro, donde la principal forma de supervivencia se da a través de la simbiosis. Así, los protagonistas no solo habitan en un mundo de caracoles y libélulas, sino que tienen una relación simbiótica con ellas, empleándolas como forma de potenciarse a sí mismos y sus habilidades. A lo largo de los libros vamos dudando sobre qué tipo de simbiosis es (¿mutualismo?, ¿parasitismo?, ¿comensalismo?, ¿inquilinismo?) y a quién beneficia principalmente.    

     La fabula que nos guía a través del libro es la de una busca. Una reliquia se ha perdido en un pueblo y un grupo de personas atraviesa las tres regiones (la habitable, la oscura, la desértica) de su planeta en su busca. En medio de ella se encuentran con un personaje discutible que se hace llamar a sí mismo el trapo, y luego todo se va torciendo. Hay amores, pérdidas, pasiones, desengaños, descubrimientos sorpresivos y desenfreno, mucho desenfreno (me dejo muchas cosas en el tintero por no dañar ninguna sorpresa).

     Sin duda los dos primeros volúmenes (Transcrepuscular y Antisolar) son los mejores. En Transcrepuscular todo es extrañeza y descubrimiento. Es un inicio duro, extraño, similar de alguna manera al inicio de Neuromante, en tanto vas descubriendo el funcionamiento del mundo a medida que avanzas. Cuando te das cuenta de que las personas son de tamaño normal y que el mundo es diferente al nuestro las cosas van cogiendo otro color. En Antisolar vamos de descubrimiento en descubrimiento, encontramos algo a través de los ojos de los protagonistas y un funcionamiento del mundo convulsionado, que nos cambia todo. Hay un par de exabruptos pronunciados por El Trapo (personaje que se va robando el show, a veces demasiado) que nos dejan con un mal sabor en la boca por aquello de su gratitud, pero que luego, por fortuna tienen alguna explicación. Es en Subsolar, el último volumen donde los rieles parecen no estar bien y el tren del relato amenaza con descarrilarse más de una vez. Se encuentran capítulos que no aportan nada al relato, un par de Deus ex machina, que conducen a una batalla donde hay tantos frentes por los que no nos interesamos, que pierde un poco el interés, llegando a hacerse cansina. Sin embargo, reparos o no, hay algo en lo que caemos en cuenta como lectores, nos hemos devorado la trilogía a una velocidad impresionante, durmiendo poco -como cuando éramos más jóvenes- y ansiando saber qué pasa en la página subsiguiente, hasta llegar a ese final que no anticipábamos y que, de alguna manera, es justo.

     Si se me permite usar el hispanismo, Los ojos bizcos del sol es una pasada. Es un libro que exige ser leído de un tirón, que atrapa al lector y le hace olvidarse de las notificaciones del celular manteniéndote embobado y atento a cada párrafo. Para quienes lo estén afrontando por vez primera, tengan la seguridad que el Trapo sabe (Para quienes quieren el libro impreso, lo pueden pedir a Gigamesh o por buscalibre).

 

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