UN PAPAGAYO VOLÓ SOBRE EL RÍO IJJSEL

 



Escrito por Kader Abdolah

Traducido por Catalina Ginard Féron

Publicado por Arango Editores

Recomendado para grandes lectores

Novela – literatura árabe

 

     Después del 11 de septiembre de 2011 los árabes se nos hicieron odiosos. Todo lo que se correspondía con el Medio Oriente se nos hizo digno de sospecha, cuando no de temor, en tanto el Corán se convirtió en un libro, de alguna manera, repudiable.

     Esto sucedió, o pudo suceder, antes del 11 de septiembre, en un lugar para los latinoamericanos inusitado, los Países Bajos. Es la historia de un grupo de refugiados y, al mismo tiempo, como la extrañeza da paso al rencor.

     Tenemos la impresión de que Holanda es, en particular, el país más liberal de Europa. Son más permisivos con el consumo de droga, tienen paisajes de ensueño y, rara vez, escuchamos que en ellos suceda un hecho de violencia. Esto la hace un sitio poco verosímil para la ubicación de una novela que va sobre la inmigración y los refugiados árabes, puesto que sería más creíble Inglaterra, Madrid o Francia, dadas las historias que hemos escuchado acerca de lo sucedido con los inmigrantes árabes, los seguidores del Corán. Tanto lo bueno, como lo malo. Sin embargo, la historia comienza en Holanda, y pronto se ubica en la ribera del río Ijssel, principalmente en un pueblo llamado Zalk.

     El guía de este relato es un hombre llamado Memed que llega con su hija sordomuda a Holanda, en donde lo primero que hace es comerse su pasaporte. Memed busca llegare n calidad de refugiado, aunque su historia no sea del todo clara y haya un montón de mentiras alrededor de su procedencia. Una cosa, empero es clara, su hija está enferma. Poco sacamos en claro de Memed en un primer momento, excepto el amor por su hija y que profesa el islam.   Memed es acogido en Zalk, y es el primero de muchos refugiados.

     Un papagayo voló sobre el río Ijssel, nos confirma varios prejuicios que tenemos acerca de los árabes, pero también nos muestra como podemos encontrarnos con ellos más allá de los prejuicios. Así mismo, también nos muestra cómo, a medida que van llegando más refugiados a esos pequeños pueblos protestantes a orillas del río, se va haciendo más fuerte también el choque cultural. Así mismo, lo que sucede cuando la política comienza a fijarse en lo que aparentemente son situaciones cotidianas.

     Hay violencia aquí, hay pérdidas, xenofobia, ternura, encuentros y, sobre todo, mucha humanidad. Hay escenas, como la del pintor egipcio que se convierte a pesar de sí mismo en pintor gay, plenas de contradicciones y claroscuros, que revela algunas de las facetas que hay que explorar.

     En casa, mi esposa lo devoró de dos sentadas. Es un libro de párrafos cortos, de historias sencillas, de prosa árida, pero de grandes personajes. En lo personal, me costó seguirle el ritmo por momentos, pero una vez lo encontré, me hallé sumergido en un mundo que es apasionante al tiempo que puede violentar en algunos momentos al lector occidental. Elizabeth, encontró en Memed un devorador de mujeres; en cambio, a mi me despertó ternura. Amamos a Par, y enloquecimos un poco con su destino. Ella, tan dulce, tan iconoclasta, buscando ser dueña de sí misma, precisamente ella…

     Un papagayo voló sobre el rúo Ijjsel se convierte en uno de esos libros que continuamente te llaman a lo largo de los días después de su lectura, mientras te preguntas qué habría pasado si…, ¿y por qué no?, y ¿qué tal si…? En tanto descubrimos que las principales víctimas del ataque del 11 de septiembre fueron los mismos árabes.

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