Escrito por Tabitha King, Jon Scieszka, Sherman Alexie, Gregory Maguire, Cory Doctorow, Jules Feiffer, Linda Sue Park, Walter Dean Myers, Lois Lowry, Kate Di Camilo, M. T. Anderson, Louis Sachar, Chris Van Allsburg, Stephen King, Lemony Snicket (prólogo).
Traducido por Verónica Murguía y Odette Smith
Ilustrado por Chris Van Allsburg
Publicado por Fondo de Cultura Económica
Recomendado para lectores en marcha
Antología – libro ilustrado
Todo promotor o mediador de
lectura ha tenido en sus manos Los misterios del señor Burdick, un libro
casi cuadrado, compuesto de catorce ilustraciones, catorce títulos y catorce líneas,
una por cada título e imagen, que lo prometen todo. No exagero, es inevitable para cualquier lector,
niño o adulto, armar de inmediato una historia que reconcilie título, frase e
ilustración. De hecho, todo promotor o mediador de lectura, es incapaz de
resistirse a proponer el ejercicio, así que deben haber millones de versiones desprendidas
de estas ilustraciones.
Como buen amante de Stephen King,
hubo un tiempo que prácticamente devoraba todo cuanto salía de su pluma,
incluso, creo, que hubiera comprado su lista de compras del supermercado si la
hubiera publicado. En 1999, llegó a mi uno de sus libros de relatos, donde King
publicaba La casa de la calle Maple, un cuento inspirado en Los
misterios del señor Burdick. En las últimas páginas, lugar que suele
destinar King para explicar el origen de algunos relatos, mencionaba que su
esposa y uno de sus hijos habían hecho lo mismo. No sé si fue su
responsabilidad, pero creo que ese fue el germen para Las crónicas de Harris
Burdick.
Imagina por un momento esto:
catorce escritores, catorce buenos escritores, varios de ellos de literatura
infantil y juvenil, teniendo la posibilidad de crear a partir de Los
misterios del señor Burdick. Imagina, además, que para el libro epónimo de
Chris Van Allsburg, logras que alguien llamado Lemony Snicket lo prologue;
imagina que el mismo Van Allsburg se avenga a escribir uno de los relatos. El
resultado es Las crónicas del señor Burdick.
Tabitha King publica aquí su
relato, al igual que su esposo Stephen (qué gran narrador es este señor). La
creadora de Desperaux, hace lo propio, y el mismísimo John Scieszka, el
autor de El apestoso hombre queso y otros cuentos. Con todo, también he
de ser justo, hubo historias que me decepcionaron -no calzaron con lo que mi
imaginación había anticipado- y me encontré con otras que me hicieron reír
mucho (tenían niños malvados en grado superlativo). Algunas de ellas fueron más
adultas, otras mucho más infantiles, y hubo una que otra sosa. Ninguna de ellas
me dejó indiferente, todas ellas me han hecho querer ponerme a la tarea de
escribir mi propia versión de Los misterios del señor Burdick.
Como colofón, solo quiero señalar que sí hubo algo que me desesperó. Hay una ilustración titulada Just dessert -Solo postre, en español- traducida de manera muy grosera como Sólo desierto. En un libro de tal magnitud, no entiendo cómo esta errata pasó.
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