Escrito por Ted Chiang
Traducido
por Rubén Martínez Giráldez
Publicado
por Editorial Sexto piso
Recomendado
para Grandes lectores
Antología
– Ciencia ficción
Ted Chiang es
reconocido por su libro La historia de tu vida, cuyo relato homónimo fue
llevado al cine como The arrival. Su segundo libro es Exhalación,
y el resto de su obra está dispersa en algunas revistas de fantasía y ciencia
ficción. En ese sentido, me recuerda un poco a Rulfo. Su obra es cuidada y
precisa, cada línea parece pensada y medida, lejos de cualquier artilugio
comercial. Espero que el grupo de fanáticos tóxicos y desocupados no comience a
presionarlo para que publique algo más.
Exhalación es
una colección de sólo nueve relatos de ciencia ficción que se caracterizan
principalmente por no ser distopías, sino por recorrer los mundos dispersos
entre lo real y lo posible, como hacían Harrison o Ballard en su momento. Por
supuesto, cada relato trae su enfoque y acento particular y, cuando menos nos
lo esperamos, se nos ha escurrido el libro como arena entre las manos.
Si tuviera que
elegir mis favoritos (solo si tuviera que verme obligado a ello), estaría entre
El gran silencio, que nos recuerda que no deberíamos estar buscando
comunicarnos con inteligencias extraterrestres hasta que nos pusiéramos en
contacto con las terrestres; es un relato melancólico que deja un cierto
regusto amargo y algo de escozor en los ojos. Por otro lado, está Ónfalo,
ambientada en un mundo donde se puede determinar con precisión el tiempo de
creación de los seres humanos y todas las criaturas vivientes; quedando incluso
formas visibles a todos para determinar esa edad. Sin embargo, aquel que
privilegiaría (solo si me viera obligado a ello) sería La verdad del hecho,
la verdad del sentimiento que se sitúa en un mundo donde la memoria
comienza a ser suplantada por un software periférico que nos permitiría tener
grabaciones de todo lo que hacemos todo el día. Así mismo, al igual que en La
historia de tu vida, Chiang reflexiona sobre las implicaciones del lenguaje
en la existencia, y extrapola el impacto del avance de la escritura con
relación a una nueva tecnología que nos permita tener una memoria total. Sin
embargo, vuelvo al índice para verificar que no estoy mintiendo, y se me ocurre
que no podría dejar atrás El comerciante y la puerta del alquimista, que
indaga en la mecánica de los viajes en el tiempo; y qué decir de El ciclo de
vida de los elementos de software, qué nos muestra un futuro donde la IA se
muestra de una forma diferente a la que nos han mostrado al momento, no ya la
carcasa sino el programa que crece y aumenta y busca en algún momento su propia
identificación. A esta altura, creo simplemente que no me es posible decidirme
por un solo relato, y que debería volverme a leer el libro entero.
No, no es un libro esto que Chiang ha hecho, es una suerte de dispositivo para generar obsesiones.
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