EL DÍA DE LAS BALLENAS

 


Escrito por Davide Calì (Colectivo “Cornelius”)

Ilustrado por Tommaso Carozzi

Traducido por Andrés Sterra G.P.

Publicado por Océano Travesía

Recomendado para los pequeños

Álbum

 

 

     El libro sobre ballenas por excelencia es Moby Dick, de Herman Melville. Un volumen mamotrético escrito por un enamorado del mar, quien se atreve a narrar todo el proceso de extracción de aceite de la ballena y una completa descripción anatómica de las mismas, cuando no de enumerar una gran cantidad de criaturas marinas. No es el único relato, por supuesto, ¿quién se olvida de Jonás?, pero si uno de los más socorridos.

     El día de las ballenas es un homenaje a Melville y un deudor de otros dos libros de literatura infantil. A saber, Un día cualquiera, de Libby Gleeson y Armin Greder, que narra como un niño en su caminata rutinaria ve como los autos atrapados en un trancón se convierten en ballenas que se van navegando el aire de esa ciudad infecta; el otro título es Martes, de David Wiesner, donde un martes, por supuesto, en la noche un grupo de ranas tiene la aventura de sus vidas. No todo termina ahí, una semana después son los cerdos quienes atraviesan el aire del pueblo. Hay otro antecedente, no menos importante, el estilo de ilustración de Chris Van Allsburg. Al menos su empleo de los lápices Si estas son las influencias, imagínense los resultados. Estos ilustres predecesores dejan su imprenta en este álbum.

     El día de las ballenas narra la incursión de un montón enorme de estos animales a una ciudad. Se pueden ver en el aire ballenas grises, azules, cachalotes y otras que no sé distinguir, pero que surcan muy modosas el aire. Con todo, el hombre que todo lo teme y nada respeta, pone en manos de un ejército de arponeros la solución al problema. El resultado es previsible, aunque no haya aquí aprovechamiento alguno, solo muerte y destrucción. Los hombres celebran; los arponeros militares son condecorados y allí en el cielo se recorta la figura de un enorme calamar, un kraken monumental escapado de las páginas de Verne- quizá-.

     El día de las ballenas hace gala de una gran cantidad e ángulos y acercamientos de carácter cinematográfico a lo largo de sus páginas en tonos de gris. Empatizamos con los animales, somos testigos de la banalización de los sucesos y nos alegramos del último punto de giro. Nos alegramos de nuestra derrota; pues eso es lo que al fin y al cabo hace este álbum, profetiza nuestra caída.

     Desde el aspecto técnico no hay nada que objetar, pues la obra es impecable, mas sí, que preguntar, ¿cuál es la labor del escritor en un libro sin texto alfabético? (¿narra los storyboards acaso?). así mismo, cuál es la labor del traductor, ¿traducir el título? No lo sé, son esos vacíos editoriales, desconocidos para quienes estamos del lado del consumidor cultural, pero que nos gustaría entender en algún momento. 

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