NAUFRAGO ENTRE LIBROS

 

    Naufrago entre libros y entre grupos de WhatsApp, para ser más exacto.

En este momento #lecturasparatodos, el grupo de lectura por WhatsApp se encuentra leyendo El jugador de Fiodor Dostoievski. El grupo existe, ahora, en modalidad normal y silenciosa. Esta última es para quienes no soportan toda la exigencia de atención de un grupo que en un solo día puede llegar a tener cientos de interacciones, que abarcan las reflexiones a la lectura en el capítulo IV los lectores intercambiaron las formas en que Dostoievski, antes de la globalización, describía  a los personajes de acuerdo a sus nacionalidades) o la influencia que el autor ha tenido sobre quien ejerce la lectura en voz alta, hasta los comentarios salidos de tono de alguno de los participantes.

Por otro lado, teniendo en cuenta que no todos los integrantes del grupo se encuentran siguiendo la lectura de El jugador, hace ya casi dos meses, se me ocurrió comenzar a compartir poesía (pequeñas lecturas que van entre los 30 segundos a los 6 minutos), iniciando con El país del viento, de William Ospina, y, justo ahora, los Sonetos lujuriosos, de Pietro Aretino (que ha provocado pudor y diversión a partes iguales).

Sin embargo, y no teniendo suficiente con eso, el Club de lectura (nuestro espacio retributivo) está leyendo American Gods, la fabulosa obra de Neil Gaiman que explora la forma en que los dioses de los otros continentes llegaron a América, y cómo buscan sobrevivir ante el implacable paso del tiempo.

Lo hermoso de todo este proceso (donde no he sumado los videos de los miércoles y viernes para el canal de youtube, y mi vida cotidiana como docente) es que tenemos una insólita variedad de lectores (Siendo sincero tuve un momento de pánico cuando los lectores se decantaron por la lectura de Dostoievski -autor para muchos denso y pesado-, pero se muestran manifiestamente animados, pensado ya en continuar con Los hermanos Karamazov -A este paso van a terminar zampándose La guerra y la paz de Tolstoi cualquier fin de semana-.), que ante los avatares en los que estamos siguen sintiendo que los libros son un gran contento y refugio; que los arrima a otros que son como ellos.

Aún, por supuesto, sigo pensando como lidiar con la gran cantidad de spam que se genera a veces (en algún momento a alguien se le ocurrió preguntar de dónde éramos todos y cada uno de nosotros, lo que llevó a que alguien más solicitara pedir foros de cada integrante del grupo, lo que se finiquitó silenciando a todo el mundo por un momento), pues soy consciente de que en estos momentos WhatsApp es un generador de ruidos y estrés increíble. Con todo, el legre grupo de bárbaros lectores sigue empecinado en disfrutar cada libro que aparece, pasando por los más variados contenidos y temas, abarcando desde Maeterlinck a Dostoievsky, pasando por Gaiman, King, Grahame (#TeamSapo) y Lindgreen, entre otros tantos autores visitados.

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