Escrito
por Ricardo Silva Romero
Publicado
por Editorial Alfaguara
Recomendado
para grandes lectores
Novela –
literatura colombiana
En términos sencillos, Historia
oficial del amor, es la reconstrucción del periplo de una familia que viaja
de España a Colombia por una herencia, y que atraviesa la historia de nuestro
país hasta el gobierno de Santos, en 2015, cuando Silva Romero decide cortar el
hilo, casado, padre de dos niños y esperanzado. Un final feliz, porque decidió
verlo que ese era el final que quería, el final que lo llenaba.
Escuchar hablar a Silva es escuchar
a una persona tímida, dubitativa, con algo de Woody Allen, quizá por su
calvicie, quizá por su torpeza. Sin embargo, mientras Allen transmite, al menos
a mí, un cierto humor triste, Silva Romero transmite una esperanza, una suerte
de optimismo invencible, la idea de que a pesar de todo las cosas saldrán bien,
que saldremos adelante, que algún destino utópico nos espera en algún momento,
aunque las pruebas remitan a lo contrario.
Historia universal del amor tiene
una característica especial y es que comienza por el final, pro el presente,
donde un escritor ansioso, insomne, se encuentra con que tiene que comenzar con
esa novela, ese relato, que lo ha estado persiguiendo desde hace algunos años,
y para la cual ya tiene todo, solo le faltan las palabras sobre el papel. Así
que cada capítulo es una mirada al pasado, comenzando por el más cercano para
terminar, por el mar lejano, cuando su bisabuela, si las cuentas no me fallan,
llega a Cartagena. En ese recorrido, a
partir de un privilegiado punto de vista central y político, Silva Romero da
cuenta de la cotidianidad y de algunos de los capítulos más duros de la
historia de nuestro país, entre los que se destacan, por supuesto, el capítulo sobre
el Bogotazo, con total desconcierto, y el de la toma del Palacio de Justicia
por el M-19.
Sin embargo, lo que más de destaca
en sus páginas es el amor. El amor gigantesco de Silva Romero por sus padres,
por su familia; la apuesta por este proyecto fallido de nación, y ele seguimiento
irrestricto del tarot, curiosamente, también asociado al mundo político, al mundo
del poder, del que Silva Romero no hace parte, se desliga a despecho de sus antecedentes
familiares.
Se trata de un libro bello, de un
libro necesario, visto desde la óptica de la esperanza y no desde la condena,
visto desde la óptica del creyente y no de la del cínico; cuando a veces esa fe
es lo que más hace falta.
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