Dentro de poco más de un mes, el grupo de WhatsApp de #lecturasparatodos
cumple su primer año de funcionamiento. Hemos leído, compartido, al momento
cerca de una veintena de libros, de diferentes de diferentes autores y
procedencias, entre los que destacan Twain, Grahame, Maeterlink, Guareschi,
Vasconcelos y Zapata Olivella, entre otros.
Providencialmente desde el 29 de marzo estamos leyendo Changó,
el gran putas de Manuel Zapata Olivella, nuestra primera apuesta con un
libro de largo aliento (tiene más de 500 páginas), y una de las más
arriesgadas, dada la situación particular, los juegos temporales, el enfoque desde
la cosmología yoruba, el recorrido histórico, y la enorme sapiencia del autor.
En esta lectura nos encontramos con el Black Lives Matter y con que a través de
los años nada ha cambiado, al menos de manera significativa. De igual manera,
ha confrontado a algunos de los participantes acerca de sus creencias y lo que
ello implica en relación con sus, nuestras, raíces. Nos encontramos así, con
una obra que se mantiene aún más cerca del campo académico que del gran público,
entre otras razones porque no tiene una edición impresa (la versión digital
gratuita y legal es accesible desde la página web de la biblioteca Luis Ángel
Arango). No deja de ser curioso que este año haya sido dedicado a Manuel Zapata
Olivella, pero su obra no sea fácilmente accesible a todo el público.
Aunque la experiencia con Zapata Olivella ha sido
afortunada para un grupo de lectores, por otro lado, no ha sido fácil de
seguir. El número de personajes y referencias míticas es impresionante, y, en
algunos casos obliga al lector a detenerse y ahondar en determinados elementos
o personajes históricos o míticos, lo que hace que la lectura en algunos
momento sea densa. Por último, no se puede dejar de mencionar la enorme
cantidad de erratas que tiene la edición de Oveja Negra, lo que no facilita,
tampoco, la lectura compartida.
En el último mes, empero, teniendo en cuenta que el
grueso del grupo no seguía la lectura de Changó, surgió de manera espontánea la
lectura de Pippi Calzaslargas, el inolvidable clásico de Astrid
Lindgren. La lectura de Pippi fue una bocanada de aire fresco en medio de esta
pandemia, debido a su frescura, diversión y brevedad de sus capítulos, que nos
alejó mucho de nuestro drama de la vida real y de Zapata Olivella. Por otro
lado, generó muchas conversaciones acerca de la escuela y la infancia.
Con Pippi, además, surgió un segundo momento en
#lecturasparatodos, en donde aumentó el número de los lectores en voz alta, lo
que aumentará, por supuesto, la diversidad de ofrecimiento.
Así, a casi un año de su nacimiento, no hemos terminado Changó,
el gran putas, pero ya nos debatimos entre continuar con Tríptico de la
infamia o Viento del este, viento del oeste. No todo es óptimo, sin
embargo, hemos perdido lectores por el alto tráfico de nuestras conversaciones
o la dificultad para seguir el ritmo de lectura que tenemos (se comparten entre
15 y 20 minutos de lectura diaria). De la misma manera, los esfuerzos de llegar
a algunos acuerdos o moderación no siempre son bien recibidos. Pero bien, esta
es una fracción de nuestra pequeña democracia, un poco del funcionamiento de
#lecturasparatodos.
P.D. Si quieres contactarnos, puedes buscarnos en nuestro
grupo de Facebook o contactarte al WA: 3052667421
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