Escrito por Andrzej
Sapkowski
Traducido por José María
Faraldo
Publicado por Editorial
Alamut
Recomendado para
Grandes lectores
Literatura
fantástica – antología de relatos
La trama
es simple y mil veces contada. Hay un héroe y hay un monstruo. Los héroes se
enfrentan a los monstruos y los vencen. Muestran la materia de la que están
hechos los héroes, se sacrifican y se les cantan canciones y les agradecen. Su
historia se cuenta hasta que el nombre del héroe se transforma en mito. Esta no
es una de esas historias.
La trama
es simple. Hay una mujer que tiene un destino y ese destino debe, por fuerza,
ser cumplido. La mujer se opone, busca las fronteras, navega por ríos y se enreda
en otras historias para, al final, encontrarse con que su destino se ha
cumplido. Esta no es una de esas historias.
La trama
es simple. El bárbaro se enfrenta a la civilización y le obliga a inclinarse
ante él; con su espada le muestra la fuerza de sus argumentos, el deber de
volver a las raíces, la malignidad del progreso. Esta no es una de esas
historias.
El
último deseo es una recopilación de historias, narradas de manera
desordenada, que giran alrededor de un brujo, un mutante, cuyo oficio y única
ocupación es matar a monstruos a cambio de dinero. Los relatos parecen simples,
moralistas en algunas ocasiones, con guiños a los cuentos de hada
tradicionales. Nos dan cuenta de una criatura retorcida en un mundo, cómo no,
ambientado de forma similar al medioevo. Conocemos los relatos, conocemos los
cuentos de hadas; los hemos leído en mil y un versiones a lo largo de nuestra vida.
Sin embargo, algo falla. El héroe es recto, no tiene emociones, y los cuentos
son narrados en forma diferente a la esperada. En algún momento nos damos
cuenta de que el orden importa. Acaso sea un homenaje a un héroe más barbárico
y antiguo: Conan de Cimmeria.
El
último deseo es, también la puerta de entrada, a la saga de Geralt de
Rivia, cuyo tema principal es el de la otredad. El mundo que habita el Lobo
Blanco, forma en la que también es conocido el brujo, está dominado por los
seres humanos en detrimento de las magníficas criaturas que lo han poblado
antes: criaturas como dragones y grifos, estirges, elfos, hobbits (sí, los
medianos hacen parte de esos relatos), vámpiros, hombres lobos y más, muchos
más.
El estilo
de Sapkowski no es maravilloso. No es un mago de la retórica; lo que hace
atractivo el relato es el acento que pone en la construcción de los personajes,
en las relaciones que se construyen y la textura propia de los cuentos de
hadas. Lo otro que hace es que juega con los tiempos de manera muy especial,
incluso innecesaria en algunos momentos, pero de forma eficaz. Así, los relatos
y novelas son narradas desde el presente o desde un futuro posible, que no
sabemos si de verdad alguna vez se cumpla. Hay errores casi imperdonables en
algunos de los libros de la saga. Las Ratas, un grupo de rebeldes y forajidos,
son retratados como pandilleros ochenteros en algún momento, llegando incluso a
consumir un polvo que en nuestro mundo llamaríamos cocaína. Sin embargo, a
pesar de este y otros impases, Sapkowski subyuga al lector, le mantiene
interesado en la historia de Geralt y Yennefer y Ciri, y todo lo que ocurre en
ese maldito y oscuro Continente, tan parecido al nuestro.
Los
amantes de la fantasía tienen en la saga de Geralt de Rivia un mundo que se
reinventa de forma permanente, a la manera de los cuentos de hadas a través de
los siglos.
Comentarios
Publicar un comentario