EL SUPERZORRO



Escrito por Roald Dahl
Ilustrado por Quentin Blake
Traducido por Ramón Buckley
Publicado por loqueleo
Recomendado para Lectores en marcha
Humor

     La anécdota detrás de El Superzorro es muy sencilla. Tres granjeros bobalicones, cansados de ser asaltados por el señor Zorro, deciden poner fin a la existencia de este, y de paso la de toda su familia. Hay violencia aquí. Hay asaltos, burlas, bebida, disparos, persecuciones y situaciones inverosímiles. El resultado, digo de Dahl, es un libro que se deja leer con facilidad, pero, sobre todo, se deja reír con facilidad. 

     No hay nada solemne aquí. Dahl tiene claro que los libros infantiles no tienen como objetivo aleccionar. No hay otro interés aquí que el de la burla, que el de pavonearse a costa de las figuras de los poderosos, de quienes tienen armas, de quienes ostentan la Ley. Al señor Zorro, al Superzorro esto le tiene sin cuidado, su búsqueda es sencilla, sobre vivir. Y junto con él toda su familia. 

     Desde un punto de vista político, El Superzorro ofrece toda una declaración de principios. Frente a la acumulación insana, el despojo del poderoso; frente a la sinrazón, la astucia; frente a la necedad, la inteligencia. De hecho, el señor Zorro no celebra solo, lo hace en conjunto con todos aquellos animales que viven bajo tierra, que son capaces de vivir sin la luz del sol, pero no sin la calidez de aquellos a quienes aman. 

     Por otro lado, las acostumbradas ilustraciones de Quentin Blake, complementan muy bien las aventuras y desventuras de nuestro protagonista, así como la miseria de nuestros villanos. 

     ¿Qué se echa en falta? El color, por supuesto, pero en este poco se puede pedir al tratarse de ediciones dirigidas principalmente a un público escolar.

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