Escrito
por Alberto Manguel
Traducido por José Luis López
Publicado
por Grupo Editorial Norma
Recomendado
para jóvenes lectores
No
ficción – Ensayo
Es Una
historia de la lectura, Una. No es La historia de la lectura. Esta
distinción es importante, puesto que el autor no se asume desde la posición de
quien ve, a lo lejos, un panorama, sino que se identifica como parte del
paisaje, como una parte de la problemática observada. En suma, más que como
autor, Alberto Manguel se sitúa como lector. Se siente lo medido de su
escritura en cada palabra.
El libro está dividido en cuatro partes: La
última página, Lecturas, Los poderes del lector, y Las guardas de libro. La
segunda y tercera son las más extensas; la primera y la última las más íntimas.
Una
historia de la lectura busca contar algunos relatos acerca de la escritura
y su desarrollo, más aún, como a inventarse la escritura se inventa de
inmediato otro tipo de criatura, el lector. Así, entre referencias eruditas y anécdotas
ligeras, propias e históricas, Manguel va tejiendo con grandes puntadas lo que
la lectura ha significado para el ser humano. Sin embargo, como no puede haber
lectura sin lector, dedica ese otro largo espacio a los diferentes tipos de
lectores existentes, desde el mismo escritor hasta el ladrón o cómo modelo de
lo que no debe ser. El resultado es un libro que se deja leer con una facilidad
pasmosa y que enreda al lector de manera sutil, a tal punto que sin saber cómo
el libro se termina y tan solo quedan un montón de referencias en las últimas
páginas.
Una
historia de la lectura es realista y, al mismo tiempo, fantástica. Los
hechos presentados son verdaderos, las fuentes verídicas, las autorreferencias
verosímiles; empero, en su último capítulo, Las guardas del libro, Manguel
divaga, en una suerte de juego borgeano, acerca de la existencia de un libro
llamado Historia de la lectura y su probable estructura, la delicadeza de su
encuadernación, la tersura de sus páginas y la estructuración de sus capítulos;
la búsqueda de la gran obra. El lector sabe que está terminando un libro
llamado Una historia de la lectura,
pero en su mente se está reflejando una obra infinita casi homónima, que bien podría
ser idéntica, pues ha visitado capítulos con características similares, con
palabras parecidas.
Sobra decir, y aun así hay que decirlo, que
Una historia de la lectura se
convierte en un libro de referencia sobre hechos y anécdotas (hay una cita de
Virginia Woolf que me enamoró; una historia sobre Borges que desconocía; una
forma de catalogar los libros de la que nada sabía) del mundo de los libros, de
los escritores, de los traductores, de los libros y bibliotecas, pero, ante
todo, de los lectores.
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