Escrito e ilustrado por Alberto Vázquez
Publicado por Astiberri ediciones
Recomendado para Grandes lectores
Narración gráfica – Novela gráfica
Literatura española
“¡Oh vosotros los que entráis, abandonad
toda esperanza!”, reza
el dintel del portal al infierno, si le creemos a Dante en La divina comedia. Este mismo texto debería están en la primera
página al abrir Psiconautas, la
particular visión del infierno que nos regala Alberto Vázquez. No hay aquí esperanza,
no hay aquí redención, no hay aquí instrucción alguna ni posibilidad de escape.
Vázquez no nos
miente. La caratula muestra la figura de Birdboy, el protagonista de este
relato gráfico, con unos ojos enormes, vestido de negro con camisa blanca, en
actitud pensativa mientras lanza su sedal al océano. El cebo es una pequeña ave
muerta. ¿Qué extraños peces está intentando pescar Birdboy? Arriba de él, las letras del título están conformadas por
tallos retorcidos de rosa o alguna otra planta espinosa.
Las primeras
viñetas nos muestran los lugares principales donde ocurrirá el relato, que, de
manera coral, estará contando por diversas voces. Sin embargo, cabe resaltar
que un hilo conductor es el consumo de drogas, tanto legales como ilegales. Los
personajes no encajan con la sociedad, por tanto ella misma ha intentado reencausarlos
a través de diferentes fármacos, mientras ellos buscan otras drogas más
convencionales para poder encontrar algún hilo que los ate a la existencia.
No son los hechos
en sí lo que hace perturbador a Psiconautas.
Las historias desesperanzadas pueden ser contadas en diversos tonos que incluso
nos pueden llevar a reírnos de los sucesos a los que asistimos como
espectadores. Sin embargo, aquí el humor es más retorcido. El niño ideal, por
ejemplo, es retratado más como perro, con una máscara de sadomasoquismo, que
como niño. Vázquez, parece burlarse así de la concepción de infancia donde la
docilidad y la lealtad parecen ser los mejores atributos de esta etapa de la
vida. Al mismo tempo hay una viñeta, donde el niño perro intenta fornicar la
pierna de su padre/amo. Psiconautas no
tiene desperdicio.
No hay solo cinismo
aquí, también hay crueldad deliberada. Los personajes acuden a sus encuentros
finales, no porque sea su única finalidad sino por voluntad expresa del autor,
quien logra una verosimilitud externa pocas veces conseguida. Familia, sociedad,
relaciones personales y decisiones son juzgadas de la peor manera posible. Lo
peor es saber que el autor no exagera demasiado, incluso muchas veces solos e
ajusta a la realidad.
Psiconautas no es recomendado para
personas con depresión bajo ningún concepto, o para aquellas que no tienen
sentido del humor. Es importante advertir que quienes entran a estas páginas
han de hacerlo bajo su propio riesgo, y han de tener claro que al ingresar han
de abandonar toda esperanza.
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