Escrito e ilustrado por Wolf Erlbruch
Traducido por Ana Garralón
Publicado por Libros del Zorro Rojo
Recomendado para los pequeños
Libro ilustrado – literatura alemana
Debido al auge del movimiento feminista en
los últimos años, se ha llegado incluso a censurar libros que no son machistas
ni pueden serlo, simplemente porque reflejan un mundo y una época en la que
fueron escritos, no porque busquen transmitir, porque haya sido esa la
intención de sus autores, una carga ideológica. Así, muchos cuentos de hadas
fueron condenados, literalmente sacados de algunas escuelas y bibliotecas. Lo
que no se tuvo en cuenta, lo que por fortuna no se tuvo en cuenta, es que esos
cuentos han tenido una capacidad infinita de mutar. Así, Caperucita Roja tiene más de un centenar diferente de adaptaciones;
hace algunos años leí Nieve, manzanas y
cristal de azogue, una versión maravillosa de Blancanieves escrita por Neil Gaiman; incluso, en la actualidad se
preparan nuevas adaptaciones al cine de relatos como La bella y la bestia o La
sirenita.
La
señora Meier y el mirlo relata la historia de una mujer preocupada minuto a
minuto por todo aquello que puede suceder y que ella podría no haber anticipado.
A su lado, su esposo, que se entretiene en las cosas más insignificantes, le
deja estar y hacer, acostumbrado ya a sus quejas y ansiedad. Un día cualquiera
la señora Meier encuentra un pequeño Mirlo, de hecho, un pichón, a quien cuida,
mima, alimenta y protege, poniendo toda esa ansiedad suya en función de aquel
pequeño. Una mujer preocupada, un pequeño mirlo.
Como es de todo conocido, empero, las crías
de los animales necesitan de sus padres para aprender ciertas cosas, como qué
comer, cómo cazar, o, en ese caso, cómo volar. Por supuesto, la señora Meier,
lo intentará de la mejor manera posible, con todas sus ganas, con todas las
fuerzas de su enorme corazón.
La
señora Meier y el mirlo refleja lo que sucede con el amor y como lo que
consideramos imposible siempre es una posibilidad de maravillarnos. Refleja
también una forma de concebir una familia a partir de roles estereotipados, con
un esposo estoico y una mujer neurótica. El protagonismo recae completamente
sobre la mujer que vive preocupándose por lo imposible y pasa a realizarse
cuando se ocupa de lo real. El libro es un canto a la vida, a lo real sobre el
fantaseo, que no sobre la fantasía. A veces lo único que necesitamos como
excusa para dedicarnos a la vida es un mirlo.
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