Escrito
por Ludwig Wittgenstein
Compilado
por G. E. M. Anscombe y G. H. von Wright
Traducido
por Josep Lluís Prades y Vicent Raga
Publicado
por Editorial Gedisa
Recomendado
para Grandes lectores
Filosofía
– Lógica
Empecemos aclarando elementos
fundamentales. Ésta es la lectura realizada por un profano a uno de aquellos filósofos
que en algún momento, durante la defensa de una tesis, le dijo a Bertrand
Russell que para qué se iba a molestar en explicarle algo que él no iba a
entender de cualquier forma. Las únicas herramientas que emplee para hacerlo fueron:
un recuerdo que tenía de haber leído algo del autor en la temeridad de mis 20
años, y el haber leído un libro fabuloso llamado Logicómix que trata el inicio de la lógica. Por último, ha de
añadirse que este se trata de un libro póstumo que se lee de manera
independiente, si creo a los compiladores, del resto de su obra.
Sobre
la certeza parte del interés del Wittgenstein acerca de las aseveraciones
realizadas por otro filósofo, George Edward Moore, en defensa del sentido común.
En dicho libro Moore parte de la idea de la existencia de una serie de
proposiciones acerca de las que no se puede discutir su veracidad, como “La
tierra existía desde mucho antes de mi nacimiento” o "Nunca me he alejado mucho
de la superficie terrestre” (p. Prefacio).
Gran parte de esta obra hace una
diferenciación entre la idea de saber con la idea de creer. Así, el concepto de
saber requiere una serie de condiciones indiscutibles que no se aplican
necesariamente al concepto de creer. Lo que en la vida cotidiana es una distinción
baladí, en el campo de la filosofía, en especial de la lógica, es
trascendental. Empero, para aceptar las aseveraciones realizadas por Moore,
Wittgenstein acepta que existe un sistema de creencias en el ser humano, al
tiempo que existe las dudas constituyen per
se un sistema.
Para rastrear el inicio de las certezas,
Wittgenstein se apoya incluso en ideas del desarrollo cuando afirma “160. El
niño aprende al creer al adulto. La duda viene después de la creencia”. Ahora bien, Wittgenstein indaga incluso en
afirmaciones que para cualquiera se explican por sí mismas, y hace la
diferencia entre las proposiciones cotidianas y las proposiciones lógicas, lo
que justificaría su propia indagación, momento en el cual incluso se involucra
ese pueril conocimiento que nos enseñan en primaria y que es caro a todo el
desarrollo de la lógica, la teoría de conjuntos.
No me arrogaré la idea de haber entendido a
Wittgenstein aunque su razonamiento parecía por momentos cristalino, de tal
manera que parecía sólo exigir atención. Sin embargo, tres parágrafos después
el lector se daba cuenta que lo que parecía en un momento sencillo y transparente,
en cualquier otro podía ser confuso. Por otro lado, hay partes que se aplican a
nuestra actualidad de una manera precisa, por ejemplo cuando afirma, “291.
Sabemos que la Tierra es redonda. Estamos definitivamente convencidos de que es
redonda.
Mantendremos
esta opinión en tanto no cambie toda nuestra concepción de la naturaleza. “¿Cómo
lo sabes” – Lo creo”. Aquí es casi
imposible no prensar por un momento en el actual movimiento de los terraplanistas,
a quienes, dependiendo de la óptica con que lo miremos, acusamos poco más que
de dudar de una versión del conocimiento.
En otro
punto, que en algún momento me hizo reír tontamente, es cuando afirma,
“286. Lo que creemos depende de lo que aprendemos.
Todos creemos que es imposible llegar a la Luna; pero es posible que algunas personas
crean que tal cosa es posible que algunas personas crean que tal cosa es posible
y que algún día sucederá de hecho. Decimos: tales personas no saben muchas de
las cosas que nosotros sabemos. Aunque estén tan seguros como quiera de lo que
dicen –están equivocados y nosotros lo sabemos.
Si comparamos nuestro sistema de conocimiento con el
suyo, es evidente que en suyo es, con mucho, más pobre”.
Es
necesario afirmar que Witggenstein realizó esta afirmación en 1951, por mucho
que hoy nos parezca risible, en tanto por otro lado, me preguntó si él
consideró en algún momento la idea de frame
en el momento de determinar la certeza de algo.
El volumen, en edición bilingüe está
constituido por 676 parágrafos donde Wittgenstein discute la idea de la certeza
y deja al lector envuelto por un mar de dudas.
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