BRASS SUN. La rueda de los mundos



Escrito por Ian Edginton
Ilustrado por I. N. J. Culbard
Traducido por Sara Bueno Carrero
Publicado por ECC Ediciones
Recomendado para lectores en marcha
Narración gráfica

     Hay atractivo enorme en los juguetes mecánicos. Son nuestra metáfora perfecta del funcionamiento, de cómo imaginamos, de cómo nos gustaría que fuera el universo. En los mecanismos, en los motores, hay principios lógicos que podemos inteligir y anticipar. Quizás por eso construimos motores y máquinas, porque de alguna manera nos permite acercarnos a inteligir a dios.  No un dios real, por supuesto, sino uno que podamos entender. Tal vez ese sea uno de los principales atractivos de Brass Sun. La rueda de los mundos.

     Brass Sun hace realidad el sueño de un universo mecánico, al menos de un sistema solar mecánico. Sin embargo, como en todo aparato de estas características, la cuerda se acaba lo que, por supuesto, afecta poco a poco a los mundos de ese sistema. Así, los mundos van enfrentando inviernos cada vez más largos y sienten como poco a poco el mecanismo se detiene. Por supuesto, también, El relojero ciego, la deidad de este sistema, en algún momento previó esto y dejó una llave dividida entre todos los mundos del sistema para que unidos pudieran enfrentar las contingencias. No entendió que los humanos, en cualquier sistema y forma de imaginación, son criaturas mezquinas que propenden a la destrucción de sus semejantes. Con todo, una joven, Wren, es llamada a atravesar los diversos mundos para unir las diferentes partes de la llave y darle de nuevo cuerda al sistema, o, quizás, cansada de todo y todos deje simplemente que el mecanismos e detenga.

     La premisa de Brass Sun, es preciosa; su puesta en escena es bella; el relato engancha… Empero, a medida que vamos devorando las páginas nos enfrentamos a un hecho terrible: el volumen está incompleto. Esta es la principal afrenta al lector. En el mundo de la narración gráfica la serialización está a la orden del día (por eso prefiero la novela gráfica a las historietas), lo que en muchos casos implica que existe un montón de historias que pueden extenderse a lo largo de los años en diversos arcos narrativos (la molestia en muchos casos como los Universos DC o Marvel, es que lanzan nuevos títulos que a menudo se pueden detener si no se obtienen los resultados en venta esperados y el lector puede quedar perfectamente a la mitad de un evento o un relato). Ese no es el problema. El problema surge porque esta edición no tiene ninguna indicación sobre ello. El título, la información de la contraportada y la introducción presentada, parecen indicar que se trata de un relato único y terminado. La realidad es que la historia, publicada en 2014, te deja en la mitad, varado en mitad de viaje. Han pasado cinco años desde esta edición y, al parecer no hay noticias de una nueva publicación, lo que hace más frustrante esta lectura.

     En resumen, hay una buena puesta en escena y un relato que hacia el final se torna cansino porque el escenario se desgasta y puede anticiparse un poco los sucesos que vendrían a continuación. Esto es, mundo tras mundo visitado en busca de los fragmentos de la llave, a cada cual con un antagonista más complicado que el anterior. Estos elementos hacen de Brass Sun un ejercicio de imaginación interesante, pero del cual, al modo de Wren, la joven protagonista, solo poseemos unas pocas partes.

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