Escrito
por Gan Bao
Traducido
por Yao Ning y Gabriel García-Noblejas
Publicado
por Ediciones Lengua de trapo
Recomendado
para Lectores en marcha
Antología
de relatos
Hubo una vez en que el mundo era joven. Ese
entonces las fronteras entre el mundo de los vivos y el de los muertos no eran tan
tajantes las fronteras entre el cielo y la tierra no eran tan definitivas, el
amor no reconocía ninguna forma de alto, y los maestros de las artes eran
reverenciados y temidos por igual. En
esa época se encuentran inscritos los Cuentos
extraordinarios de la China medieval, que tienen mucho de chino, pero poco
de medieval, pues para los orientales el concepto nunca existió. Así, si nos
atenemos a los traductores, el tiempo cronológico en que están inscritos
correspondería a una época entre el 220 al 600 d.C. de nuestra era.
En aquel entonces el mundo era más simple y
quienes lo habitaban aún estaban buscando fijar sus límites. Era un mundo donde
los muertos se encontraban con facilidad con los vivos y entrambos podían
conversar y enamorarse, incluso copular, y si los dioses estaban de su lado, si
la suerte estaba de su lado, si los espíritus estaban de su lado, si el viento
corría del lado correcto, incluso podían construir un futuro juntos.
Los relatos que se encuentran en Cuentos extraordinarios de la China medieval
–me resisto a llamarlos cuentos en el sentido contemporáneo de la palabra,
pues aunque tienen un comienzo, un nudo y un final, distan mucho de la
construcción de atmósfera por la que abogaba Lovecraft, o el final sorpresivo
por el que abogaba Cortázar, o siquiera la intensidad por la que abogaba Bosch-
son sencillos, muchos de los cuales comienzan su título de la misma forma: De qué ocurrió a…, y de eso se tratan en stricto
sensu los textos de estaa obra, de relaciones de hechos que le acontecían a
personas comunes y corrientes que podían encontrarse con fantasmas como
nosotros con nuestros vecinos o nuestros enemigos, que podían encontrarse con
espíritus bromistas o malignos a los que sólo se debía encontrar y dar muerte –la
primera vez que encontré la expresión pensé que se trataba de un error de
traducción, luego encontré que en varios textos se empleaba la misma expresión,
hasta que un relato lo expresó abiertamente-, sin necesidad alguna de
exorcismos o rituales extraños.
Estos relatos también participan de muchos
elementos míticos, en cuanto que buscan explicar el confuso universo, darle
forma y anticipar qué puede acontecer, aunque para ello recurra a animales que
hablan – y cuando lo hacen por lo general es un augurio de que malas épocas se
avecinan- o de encuentros con personas que son infinitamente viejas y sabias y
que se pueden topar a la vuelta de la esquina y desaparecer en cualquier
momento. Con todo, no me parece nada extraño que un autor como Jorge Luis
Borges en textos como el libro de los
seres imaginarios o en algunos de los relatos elegidos para Antología de la literatura infantil.
No se debe dejar de observar, empero, que
este volumen es una selección de un conjunto de relatos aún mayor denominado Soushenji, del que sospechamos guarda
aún mayores maravillas. Estamos seguros que quien disfruta del Érase una vez, de seguro podrá disfrutar
enormidades con De qué ocurrió a…
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