FLASH GORDON. Tomo I (1934 – 1937)


Escrito e ilustrado por Alex Raymond
Sin datos de la traducción
Editado por Ediciones B
Recomendado para Lectores en marcha
Narración gráfica – historieta

     Por motivos que desconozco en la prensa colombiana Flash Gordon no existió, en su lugar se hallaba Roldán el Temerario y, si la memoria no me traiciona, no protagonizaba su propia historieta, sino que era un personaje que aparecía y desaparecía de la historieta de Mandrake, el mago. Incluso, años después, Mandrake, Lotario, Roldán y el Fantasma, se enfrentaban contra las fuerzas del mal, encabezadas por Ming, el despiadado, bajo el nombre de Los defensores de la Tierra, un programa de dibujos animados de mediados de los 80´s, que hoy incluso se puede ver en youtube. Hubo de pasar casi un par de décadas para que pudiese conciliar la imagen de Roldan con la de Flash Gordon.

     Ha de tenerse en cuenta que la narrativa de los inicios de la ciencia ficción era bastante maniquea. Se trataba del bien, quien generalmente estaba encarnado en la figura del atlético héroe temerario, y el mal, quien estaba encarnado en la demoniaca criatura extraterrestre o en el malvado tirano opresor. Además, en aquella época la ciencia no siempre era precisamente el fuerte de la ciencia ficción, sobre todo cuando se trataba de la Space Opera, subgénero caracterizado por el protagonismo de las grandes aventuras espaciales. Ejemplos clásicos de Space Opera son Star Wars, Star Trek y Flash Gordon.

     Flash Gordon protagoniza la típica fantasía de los adolescentes de comienzos del siglo XX, donde el héroe visita espacios exóticos, siendo disputado por hermosas mujeres –aunque le guarde fidelidad a una-, y se puede abrir a puñetazos un lugar en la historia. Ya en la cuarta página de este volumen recopilatorio, Gordon –“famoso deportista graduado en Yale” (p. 5)- se ha enfrentado a tres monstruos diferentes, ha desafiado a Ming el despiadado, Emperador del planeta Mongo, y es llevado a una arena de combate para enfrentarse a cuatro monos rojos de Mongo. Lo que sucede en las páginas subsiguientes es acción frenética sin pausa, cliffhanger tras cliffhanger, Deus ex machina tras Deus ex machina, criatura extraterrestre tras criatura extraterrestre, naves, traiciones e intriga. Todo sin pausa alguna, sin un solo minuto en que el héroe pueda recuperar el resuello. El resultado es una historieta tremendamente divertida, perfecta para pasar una tarde entera con palomitas y coca-cola. El equivalente perfecto a las películas de superhéroes del día de hoy.

     Si bien el tiempo no ha sido misericordioso con este tipo de narración –el narrador en off es predominante, los personajes unidimensionales, las acciones pueden llegar a ser inverosímiles-, debe tenerse en cuenta que su inicio también fue más ingenuo. Frente a personajes como los héroes de historieta actuales (Batman, Sandman, Hulk), Flah Gordon no tuvo oportunidad de evolucionar a lo largo del tiempo. De hecho, su duración en prensa tuvo lugar desde 1934 a 1944, y las tiras recopiladas en este volumen corresponden tan solo a las publicaciones dominicales de la época. Con todo, si se puede ver el avance en la ilustración de Alex Raymond, que ya en las páginas finales del volumen logra llegar a la elaboración de ilustraciones magistrales.


     Flash Gordon no está destinado para aquellos que buscan siempre que la lectura transforme sus vidas o su forma de ver el mundo, en cambio es un ejemplo perfecto de cómo la lectura es una forma de ocupar el tiempo libre o un espacio para volver a la  niñez, para la nostalgia.        

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