Aunque hay mucho que decir y concluir
acerca del papel de la promoción de lectura en la finalización del año escolar,
he querido dedicar este entrada a uno de los espacios más relevantes en la
difusión de lectura en todo el mundo: La biblioteca.
Hace ya varios años que atiendo desde mi
lugar como psicólogo un solo paciente. Lo atiendo, porque la forma de abordaje
que se me permite es la biblioterapia. Así que una vez a la semana me voy (el
paciente tiene problemas de movilidad y, a decir verdad, yo no tengo un
consultorio)a su apartamento con una o dos libros de arte y comenzamos una
sesión que a menudo se extiende más allá de las dos horas. Lo de los libros de
arte comenzó con libros álbum y luego derivó hacia aquello que es para mí
paciente su verdadera pasión, la pintura. Por supuesto, mis libros sobre el
tema son pocos y con el tiempo, la biblioteca escolar y la biblioteca cerca de
mí casa comenzaron a quedarse pequeñas. Es decir, no tenían material suficiente
para el voraz lector que acompaño.
Ray Bradbury y Charles Bukowski agradecieron
en su momento la existencia de las bibliotecas públicas. Las agradecieron
porque se convirtieron en su posibilidad de aprender, de emigrar a otros mundos,
y se convirtieron en un refugio. Así, una biblioteca es mucho más que un
almacén de libros, es el corazón a través del cual fluye el conocimiento y la
cultura. Empero, cuando más grande es un organismo, mayor es la fuerza que debe
tener su corazón para bombear la suficiente sangre a todos los órganos. Algunos
animales incluso tienen varios corazones para trabajar de forma más eficiente.
Este es el modelo que sigue una red de bibliotecas. En Colombia, el modelo más
exitoso que existe es la Red de Bibliotecas del Banco de la República. Una red
de bibliotecas públicas en donde a partir de un pago nimio [ridículo] se puede
acceder a 22 sedes a lo largo y ancho del país. 22 sedes con un catálogo
diverso, actualizado y dispuesto al público. Así, el lector voraz que acompaño
ha podido acceder a libros desde 1955 –creo que ese es el más antiguo que hemos
tenido en nuestras manos- de pintores tan diversos como Fra Ángelico, Donatello,
Botticcelli, Brueghel, Van Dyck, Delacroix y Pissarro, entre tantos otros.
Aún seguimos pidiendo libros, y esperamos
poder seguirlo haciendo durante mucho tiempo.
P.D.1:
Sobre el tema de la biblioteca hay mucha tela de donde cortar. En una próxima
entrada hablaré del caso de una biblioteca escolar que me tocó muy de cerca.
P.D.2:
Si conocen el caso de una o varias bibliotecas sobre la que quieran hablar, sus
casos son bienvenidos.
Cuidado con la invitación. Los que amamos los libros podríamos contar mil historias por hora, algunas alegres y muchas otras muy tristes sobre las bibliotecas.
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