G.
R. R. MARTIN (Ed.)
Traducido
por: Isabel Clúa Ginés
Editorial:
Océano
Recomendado
para: Jóvenes lectores
Novela
mosaico
Una de las cosas que se pueden aprender de
las grandes empresas de cómics, es que han podido mantener el control de sus
personajes y franquicias a pesar de contar con una serie casi infinita de
ilustradores y guionistas, y cuando se equivocan, bueno… cuando se equivocan
siempre pueden echar a mano de los viajes del tiempo.
A pesar del tiempo, empero, los lectores siempre
pueden recordar a Superman, Batman o Hulk, de la misma manera; a pesar de los
constantes cambios de autoría, la esencia de estos personajes se mantiene.
¿Cómo se podría manejar esta misma idea en la literatura? G.R.R. Martin ha
respondido a esta pregunta con Wild Cards.
La idea central de Wild Cards es sencilla,
un virus extraterrestre llega a la tierra acabando con una gran parte de la
población, afectando de una manera extraña a otra parte y dejando indiferente a
una gran mayoría. Indiferente pero no sin consecuencias. Quienes son afectados
de manera directa se dividen en dos grupos, aquellos que obtienen cualidades
sobrehumanas, y aquellos que han sido deformados a tan punto que son segregados
de la sociedad. A los primeros se les llama Ases, a los segundos Jokers.
Si de alguna manera esto suena a
superhéroes, es porque mucho de esto sucede en las páginas de Wild Cards, pero
no se queda allí. La extensión de páginas de los relatos, el avance del tiempo
y los cambios de escritores hace que la trama avance y muchos personajes, que
en algunos relatos son principales, pasan a segundo plano en otros o incluso,
lo que no es raro con Martin, decaen y desaparecen.
Aquí ha de hacerse hincapié en que Wild Cards es reconocida como una novela
mosaico porque son muchos los escritores que van construyendo el mundo y los personajes
que lo habitan. Esto no siempre garantiza una gran regularidad en la calidad de
los relatos, pero con Martin funcionando como Editor, el mundo avanza y el
lector busca saber que pasa en el siguiente relato, y luego en el siguiente y
el siguiente. Ha de advertirse, además, que durante este primer volumen la idea
de continuidad de personajes, tramas y subtramas que se van entretejiendo en
los diferentes relatos solo viene a consolidarse en una unidad cerca del final,
cuando advertimos que personajes dejados atrás son retomados por otros autores,
quienes les confieren otras características o los alimentan de otras maneras, o
les dan alas o los visten con pieles impenetrables.
Destacan en el conjunto de relatos los
escritos por Roger Zelazny, quien crea uno de los personajes más memorables;
George Martin, quien da comienzo a un personaje importante, de quien se
desconoce si es un Joker o un as; y Carrie Vaughn, quien muestra como las
mujeres tienen mucho que decir.
No sobra decir, para quienes se enamoren de
este mundo y personajes, que tendrán muchas páginas para explorarlo, pues aunque
en español solo hay seis títulos traducidos, en inglés la serie de novelas va
en 23, sin contar con una gran cantidad de materia suplementario.
Por último, aunque el nombre de Martin aparece
como principal responsable de la edición, Melinda M. Snodgrass, quien también
funge como escritora de algunos relatos, ha ido cobrando con el tiempo una
mayor importancia, lo cual agradecemos los lectores, con la esperanza de ver
que algún día Martin decida terminar Canción
de hielo y fuego.
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