La lectura e internet

Sucedió hace poco pero siempre sucede. La conversación versaba acerca de cómo el lenguaje era afectado por las diversas tecnologías de la palabra. Por supuesto el tema de internet debía hacer su ingreso e ingresó. Internet, dijo uno de los participantes, tenía la culpa de que los muchachos no leyeran profusamente, mal comprendieran lo poco que leían y fueran pobres en sus argumentaciones. La conversación, que caía por instantes, se animó. Sí, dijo el jurado, internet era el cruel verdugo de las ideas de los muchachos que se aburrían horriblemente ahora ante libros de más de diez páginas.

No voy a hacer una apología de internet aunque terminé haciéndola. Pero recuerdo que en mi generación la televisión era la culpable, quizás unas generaciones anteriores el problema hubiera sido la radio y antes, bueno antes, quizás fuera simplemente que los muchachos preferían el río a la escuela. No sé.

Por supuesto que internet ha cambiado hábitos y formas lectoras. El desarrollo del hipertexto ha implicado que se hagan lecturas más entrecruzadas y desordenadas, pero no necesariamente menos profundas. Cuando el tema de internet sale a relucir siempre recuerdo la reacción de Platón ante la aparición de la escritura. Para el filósofo la escritura necesariamente afectaría la capacidad del ser humano para argumentar y memorizar. El tiempo ha demostrado que la escritura no sólo nos ha permitido argumentar de mejor manera al ayudarnos a organizar nuestro pensamiento sino que también ha permitido poder trabajar con una cantidad de conocimiento que de otra forma sería intolerable. Sin embargo no aprendemos del tiempo. Ante las nuevas tecnología reaccionamos de la misma manera que el griego y no vemos que la dificultad ante la lectura no se halla ni en los libros ni en los jóvenes sino en la manera como entregamos nuestras herencias culturales. Nos olvidamos que una vez pudimos disfrutar esas mismas palabras, que los textos alguna vez también nos apasionaron y nos engolosinaron y en cambio los entregamos como sapos muertos a punto de ser diseccionados.

Por supuesto hay diferencias a tener en cuenta, por azar antes que por economía muchos de mi generación han crecido con un computador a la mano, lo que nos he hecho más fácil la adaptación a las nuevas tecnologías y no tengamos mayor problema a la hora de leer un libro en internet o pasar mayor cantidad de tiempo frente a la pantalla sin cansarnos. Los de las nuevas generaciones no sólo tienen los computadores a la manos sino que los nuevos desarrollos se están centrado en software intuitivo –al que no hay que adaptarse, del que no se necesitan mayores instrucciones- tal como el usado por los iphone, el ipad u otros tablets.

Al contrario de lo que se cree, el debate no ha hecho más que iniciar y tal como la escritura cambió la forma de relacionarnos con el conocimiento y el ocio así mismo el auge de internet y las Tecnologías de Información y comunicación (TIC`s) está transformando nuestra forma de relacionarnos incluso entre nosotros mismos.

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