Historia,
arte y diseño: Miguel Jiménez, José Luis Jiménez y Andrés Cruz
Editorial:
Laguna libros
Recomendado
para: Jóvenes lectores
Novela
gráfica
El 11 de
Enero de 2013 Los 11 se comunicaron
conmigo a través de mi cuenta de twitter, pidiendo una cosa tan solo, un #FF, que aún hoy no sé con exactitud lo
que es. Así comenzó lo que podríamos llamar una relación extraña. Los 11 (@LosOnceComic) se presentaba así
mismo como el primer cómic crowfunding de
Colombia basado en la Toma del Palacio. Por supuesto, la cuestión de realizar
novelas gráficas a partir de hechos históricos tenía importantes antecedentes.
Quizá el más relevante sea Maus de
Art Spiegelman, mas en un país donde hasta hace poco la narración gráfica
estaba categorizada al lado de la pornografía una publicación de este tipo no
estaba exenta de ningún interés. En ese
primer momento la aventura editorial de Los
once no alcanzó a ver la luz como libro impreso pero si alcanzó a
convertirse en una aplicación que reseñé en su momento:http://lecturasparatodos.blogspot.com/2013/07/los-once-como-un-cuento-sin-hadas.html
Sin
embargo, el equipo de sharpball, nombre del colectivo creativo, aparecer no
cejó en su esfuerzo, y con un tuit directo amablemente me invitaron a un
desayuno para el lanzamiento de su versión impresa con Laguna Libros. La
invitación me conmovió, y con un día de retraso, cuando ya había contestado, me
di cuenta de su importancia. Porque además de la relevancia de que sus
creadores no habían cejado, me habían invitado a un desayuno de lanzamiento
para medios de comunicación. Y es que hasta
ahora no había considerado a este blog como tal.
A partir de
ese momento intenté con insistencia en conseguir el libro en esta polvareda. La
librería Nacional no lo tiene, y aunque me dicen que se ha enviado a Cali, no
tengo noticia de su distribución, así que me tocó pedirlo a Bogotá por medio de
La madriguera del conejo. Hoy acabo
de recibirlo.
La idea de
verlo como libro impreso me interesaba mucho, porque aunque el trabajo como
aplicación (creo que aún se puede conseguir en la play store) era excelente, aún no me puedo deshacer de la idea de
conseguir impresos los libros que me han gustado. Una sorpresa adicional me
esperaba. Los once que hoy tengo en
mis manos difiere en diversos detalles de la aplicación. En primer lugar, la
historia que sirve de contexto ha cambiado. En la aplicación esta es la de una
niña que prepara un discurso, que termina leyendo en un evento conmemorativo de
la Toma del Palacio de Justicia, y que comienza con las únicas palabras que
tiene la novela gráfica, Érase una vez…,
lo que da lugar al subtítulo que hoy parece haber desaparecido: Como un cuento sin hadas. En esta nueva
versión, una abuela narra en primera persona a su nieta lo que ella vivió
durante la toma. La abuela, en este caso, es la madre de uno de los
desaparecidos en la Toma. Sí, la Toma, con mayúscula. Esto me remite a la
segunda modificación importante, la
aparición diversos textos, tanto como voz en off como diálogos, que han
aparecido en cada viñeta, que retoma fragmentos de comunicaciones, ora de
algunas de las víctimas. Por ejemplo, el pedido de ayuda de Alfonso Reyes
Echandía, Presidente de la corte: “(…) por favor que nos ayuden, que cese el
fuego”, o el desafío del M-19: “(…) vinimos a poner una denuncia armada contra
el presidente Betancur”, o la enconada respuesta del Coronel Alfonso Plazas
Vega: “(…) si a mí me disparan, yo contesto el fuego. Yo entré con mis carros,
me recibieron a fuego, disparé. No sé ¿qué haría usted?”.
El tono de Los Once se mantiene en su tono neutral, no condena, no
toma lugar, muestra la impiedad de los bandos y el lugar que tomaron las
víctimas en el proceso, el dolor que se refleja en las palabras de César
Rodríguez, un familiar, dichas en la radio nacional: “(…) de ninguno de ellos
se tiene ninguna noticia. No los han dado en las listas de los rescatados, ni
detenidos, ni muertos. No se sabe absolutamente nada”
Once,
fueron once los desaparecidos en la Toma del Palacio de Justicia. Once, que se
ven retratados en esta valiente novela gráfica que retoma los hechos desde el
lugar de quienes quedaron atrapados en mitad de egos, ambición y violencia de
aquellos a los que lo último que les importó fue la vida humana.
Una última
anotación quisiera hacer sobre la importancia del papel sobre la aplicación.
Durante el último año intenté sin mucha suerte mostrar desde mi tableta Los once a uno de mis compañeros
docentes. Hoy cuando llegó el libro impreso y se lo pude enseñar me dijo con
voz maravillada, “Me lo tenés que prestar mañana”.
Para no olvidar.
ResponderEliminar