Autor e ilustrador: Katsuhiro Otomo
Traducido por: Olinda Cortukes
Editorial: Norma Editorial
Recomendado para Lectores en marcha
Manga
No recuerdo cuando comencé a leer ciencia
ficción. Mucho menos recuerdo el momento en que conocí que las historietas iban
mucho más allá de Batman y Superman, de alguna manera había llegado a mis manos
una revista llamada Heavy Metal. En aquella época, en algún momento entre los
finales de los 80´s y mediados de los 90´s supe lo que era la trasgresión y lo
que significaba seguir una estética.
En algún momento también, tal vez cuando
existía un canal llamado Locomotion, llegué a una obra cinematográfica inmensa,
Akira. Solo tiempo después vendría a saber que se basaba en un manga (Cuánto tiempo
recuerdo haber pasado intercambiando los sustantivos manga y anime para
referirme a las historietas japonesas y a los dibujos animados del mismo origen)
homónimo.
El nombre del autor de Akira es Katsuhiro
Otomo, su obra crece a partir de la admiración por el cine occidental y es
magnífica.
Mi primer contacto con Antología fue gracioso. Comencé a ojearla de izquierda a derecha y
no le encontraba ningún sentido a esa primera página. Solo entonces recordé que
se trataba de un manga y que se comenzaba en sentido contrario que nuestros
libros. Entonces comenzó el asombro, entonces retorné a la niñez.
Retorné a esas viejas historias que me
impedían despegar mis ojos del papel; historias trágicas que ironizaban sobre
el sentido de la existencia; historias profundamente melancólicas que extendían
sus brazos hacía el futuro; historias que extrapolaban las consecuencias de
nuestras guerras y capacidades destructoras; historias que desnudaban el
sistema. Eso reencontré en Antología de
Katsuhiro Otomo.
La obra es un conjunto de trece relatos
gráficos de calidad irregular, y sin mayores datos acerca de otros artistas que
hayan acompañado a Otomo, como suele ser común en el cómic estadounidense,
incluso en la versión norteamericana de Akira. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que en autores como Otomo, la calidad irregular está siempre por encima
de la media y no deja indiferente – ora a través de la risa, ora a través de la
violencia, ora través de la ironía- al lector.
En resumen, no hay que ser un fan del manga
para disfrutar esta obra. Lo único que se requiere es acostumbrarse a leer de
derecha a izquierda y, en ocasiones, un corazón fuerte.
Leído.
ResponderEliminar