Autor e
ilustrador: Quint Buchholz
Editorial:
Lóguez
Recomendado
para: lectores en marcha
Libro-
álbum
Quien
observa por vez primera las imágenes que hacen parte de El coleccionista de momentos puede relacionarlo con Los misterios del señor Burdick. Sin
embargo hay una diferencia crucial, las imágenes construidas por Allsburg son
similares al test de Rorscharch que exigen ser completadas por medio de un
relato. En contraste la narración realizada por Buchholz sumerge primero al
lector en la relación existente entre el narrador y su amigo pintor. Donde
Allsburg sugiere, Buchholz completa.
La historia
es sencilla. A la vida de un niño llega un pintor con quien comparte
sensibilidades y el gusto por el arte. Sin embargo el pintor nunca deja ver al
niño los cuadros que ha pintado. Una vez el pintor, Max, se prepara para
realizar un viaje largo y deja al niño las llaves del apartamento pidiéndole
que riegue las plantas y eche un ojo por allí. Cuando el niño –de gafas, un
poco regordete y violinista- entra al apartamento, encuentra que Max ha
organizado una exposición especial para él; cada cuadro se halla acompañado de
una frase enigmática que, a la manera de Allsburg, exige al niño en primer
lugar intentar darle un orden y una coherencia. A partir de allí, los
espectadores –el niño y el lector- cruzan referencias entre las imágenes y
algunas de las conversaciones que el niño ha sostenido con su amigo el pintor.
Una gran
parte de la magia de esta historia es que se constituye como un elemento
importante en el aprendizaje de la lectura semiótica de las imágenes. Estas no
sólo acompañan y amplían el sentido del relato alfabético sino que piden al
lector interpretarlas en función del relato más que en función de si mismas. El
lector entiende que es un invitado a la relación existente entre el niño y su
amigo el pintor, y que para desentrañar de la mejor manera el significado de
esas imágenes debe acudir a lo relatado en el texto para luego aventurar sus
propias interpretaciones. Debe apuntarse empero, que El coleccionista de momentos no parece tener un trasfondo
didáctico, tratándose ante todo de una historia cautivadora y bien narrada.
Parece que es uno de esos libros que uno no debe dejar de comprar.
ResponderEliminarTu reseña me ha hecho querer leerlo!
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