La
siguiente ponencia tiene como objetivo analizar el papel que juega la censura
dentro de la escuela. Para esto definiremos el género de libros
problematizadores y el lugar que estos ocupan y deberían ocupar dentro de la
escuela.
El
tema de los libros problematizadores ha sido caro para mí desde que hace cerca
de un lustro conocí Juul, el libro de Gregie de Maeyer y Koen Vanmechelen que
narra la historia de un niño que presionado por sus compañeros, de clases y
juegos, se va deshaciendo de cada una de las partes de su cuerpo. Comienza por
el pelo y termina siendo sólo una cabeza que es usada para jugar al fútbol. Al
final aparece una niña, Nora, quien le permite relatar su historia empleando un
lápiz que pone en su boca. La historia es pertinente a muchos niveles, máximo
en un ambiente en el que el matoneo escolar va ganando cada día un mayor
protagonismo.
Sin
embargo desde mi labor como promotor de lectura fui encontrando de manera
constante una resistencia de parte de maestros y psicólogos, principalmente, al
empleo del libro con niños pequeños. La razón esgrimida fue casi siempre la
misma, “Es un libro muy crudo, muy fuerte; de pronto para niños más grandes”.
Cuando se referían a niños más grandes querían decir niños que cursaran más
allá de tercero de primaria. Desobedeciendo muchas instrucciones empleé el
libro desde grados de preescolar hasta segundo de bachillerato. Casi siempre
las reacciones del auditorio eran las mismas. Había un primer momento de carcajadas
atronadoras, seguido de otro instante de silencio opresor. Al final se hallaban
los comentarios y el inevitable conversatorio si la situación lo requería. Por
el supuesto el elemento del diálogo se daba sobretodo con alumnos de más allá
de tercer grado, lo que no se traduce en modo alguno que los niños de grados
inferiores no lo pudiesen aprehender ni entender ni que no les fuera
significativo. Necesitaban que alguien les ayudara a mediar sus interrogantes,
que alguien mediara para que sus preguntas y comentarios pudiesen surgir de la
mejor manera. En mi caso nunca recibí quejas de padres. Sólo era un promotor de
lectura, y las lecturas que realizaba eran lecturas regalo. Dicho de otra
forma, no quedaba de ellas constancia en las actividades planteadas en clase.
No se cumplía con el deber escolar.
Hace
unos tres años conocí el concepto en el que se ubicaría Juul, el de libros
perturbadores. Esta categoría es propuesta por el crítico e investigador
literario venezolano Fanuel Hanán Díaz, y puede ser definida como, "Aquellos
que producen una sensación de inestabilidad en la mente del lector, que dejan
sensaciones amargas y que a veces pueden causar conmociones en nuestra psique
porque son devastadores" (Hanán Díaz, 2008; pp. 1). Aunque más adelante Hanán
Díaz aclara:
(…)la perturbación, en principio, es un fenómeno de
recepción, ya que se activa de acuerdo con ciertos contenidos que están en el
texto y ciertas experiencias que están en la psique del lector. Hay libros que
en su conjunto tienen la particularidad de plantear indagaciones sobre aspectos
que conforman la sombra colectiva y es por esto que los asumimos como
perturbadores. Hay libros que no son tan universales, pero tocan la sombra
particular de un lector, y hay otros donde lo perturbador se entreteje como parte
de la trama discursiva. (...) Como fenómeno de recepción, la perturbación va
ligada a la intolerancia que tenemos como lectores para aceptar nuestra sombra.
(Hanán
Díaz, 2008; pp. 5-6)
El problema, también enunciado por el autor venezolano, consiste
en la subjetividad del fenómeno perturbador. Es decir, si nos atenemos a las
palabras de Hanán Díaz, una persona que acepte bien su sombra no será
necesariamente perturbada y, por ende, puede recibir bien un libro catalogado
como perturbador. Una pregunta clave que se plantea Hanán Díaz es si la
definición de perturbación parte del niño o del adulto. Es ahí cuando estamos
frente al tema de la censura. (...)
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P.D. La imágen superior corrsponde al libro JUUL de Gregie de Maeyer y Koen Vanmechelen, publicado por la editorial Lóguez.
P.D. 2. Si no pudiste ir a la ponencia, puedes descargarla aquí.
P.D. 2. Si no pudiste ir a la ponencia, puedes descargarla aquí.
Buen enganche
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