La ciudad como texto: Parkour




El parkour nace en Francia a inicios de los años 90 y en conocido también como el arte del desplazamiento. Existen dos modalidades la rural y la urbana. La diferencia se encuentra en la naturaleza de los obstáculos que se puedan presentar (para saber más sobre el parkour y su historia puedes remitirte, amable lector, al artículo que wikipedia tiene sobre el tema).

Según la geometría euclidiana, la forma más rápida de llegar de un punto a otro es la línea recta, para la geometría no euclidiana es la curva y para la astrofísica está el hiperespacio. En el parkour no sólo importa la manera más rápida de llegar de un punto a otro sino que el desplazamiento ha de ser fluido y dotado de belleza. Así, lo que un observador externo puede ser significado como fanfarronería o gran habilidad es en realidad la búsqueda de una expresión estética a través del cuerpo como objeto de desplazamiento. Si se quiere se puede comparar al performance. Para el traceur (nombre que se le da al practicante de parkour) la ciudad es su hoja en blanco y su pluma es cuerpo que se desplaza.

El lector común de la ciudad la ve como un entramado de obstáculos a superar por medio de unas vías que tienen ciertas direcciones y señalizaciones. Para un traceur estos mismos elementos son vividos como una serie de oportunidades. En primer lugar porque las señalizaciones están hechas para que los grupos de personas que van a lugares similares puedan desplazarse sin fracasar en el intento, un simple ejercicio de convivencia ciudadana. Esto se traduce como una manera común de significar el espacio. El traceur tiene una visión diferente de ese mismo espacio, una visión más artística. En ella un auto que se atraviesa no debe ser necesariamente rodeado, puede ser saltado e incluso pasado por debajo. Es el mundo de quienes aplican una geometría no euclidiana en un espacio sumamente euclidiano.

Si el ciudadano común ve un edificio como un lugar de habitación donde se pasa de un piso a otro a través de las escaleras, el traceur bien puede hacer el mismo ejercicio subiendo por la fachada.

Hay una gran diferencia entre lo que vemos que se hace y lo que puede significar. Cuando un traceur escala la fachada de un edificio no está poniendo en peligro su vida. Él (o ella, dado el caso) se ha asegurado de tener el entrenamiento suficiente para abordar ciertos desafíos sin mayor peligro, o quizás con el mismo que asumimos los ciudadanos comunes al salir diariamente.

Si usted va a practicar parkour si le podemos asegurar que su vida como novato será difícil e incluso dolorosa ya que estamos acostumbrados a movernos de manera torpe y pesada en el mundo (A menos que usted emule a Billy Elliot). Pero el esfuerzo valdrá la pena ya que el parkour puede revelarle una manera nueva de ver esta ciudad que habitamos.

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