Consideraciones acerca de la lectura en voz alta (II)



Tercera ley: la lectura no es una actividad pasiva.

Considerar la lectura como una acción unívoca del escritor hacia el lector o, en este caso, de quien lee hacía quien escucha, es considerar que la única competencia posible del lector es la recepción pasiva.

Al momento de leer nos estamos haciendo preguntas, estamos construyendo hipótesis, estableciendo inferencias, aunando elementos textuales y observando donde el escritor mete o no la pata –digo la tecla. Por estas mismas razones la lectura en voz alta debe buscar que los lectores en proceso o los no lectores, vayan construyendo elementos de relación activos que estimulen sus competencias comunicativas. A saber, hablar, escuchar, leer y escribir.

A través de la lectura en voz alta estamos transmitiendo un lenguaje, por lo tanto también estamos transmitiendo estructuras, modos de construcción de puntos de vista, protocolos de relaciones, formas de vida. Es importante tener estos elementos en cuenta al momento de establecer un diálogo permanente con quien escucha, no para evaluar su atención, sino para ayudarlo a cuestionarse – y a cuestionar – acerca del texto.

Cuarta ley: toda lectura tiene una intención.

Como lectores autónomos los promotores de lectura –padres, docentes, etc.- leen por diferentes motivos. Algunas veces para informarse, a menudo para formarse, en ocasiones con motivos meramente recreativos, otras con ojos muy críticos –navegando en estado de alerta permanente- buscando el escollo el gazapo, el giro lingüístico mal empleado, leemos para estar al día, para cumplir con el canon, etc. Existen muchas razones para leer y estas hacen que encontremos o ignoremos ciertos escollos.

Esto mismo debe ser claro con la lectura en voz alta. Si entregamos un texto con propósitos morales, toda la actividad desarrollada alrededor de la lectura realizada tendrá ese sesgo, si lo hacemos con fines críticos, cuestionaremos constantemente la veracidad de la información y las fuentes con las que el autor trabaja, etc.

Es importante sobre este punto que no engañemos ni nos engañemos. Para quien escucha ha de quedar claro cuáles son las intenciones con las que va dirigida la lectura ya que ello predispone hacia los puntos en los que se va a detener, favoreciendo sus procesos inferenciales y críticos así como las habilidades comunicativas que se espera desarrolle.

En las aulas escolares sobre todo este punto tiene una importancia crucial porque hay diferentes momentos (o debería haberlos) en que se comparte un texto. Sin embargo lo estudiantes suelen quedar con una idea de la lectura sesgada hacia la evaluación posterior en lugar de la indagación permanente sobre la obra. El estudiante establece que debe poder dar cuenta posteriormente de lo que se ha leído bien sea en un informe de lectura, bien sea en una evaluación, bien sea en un taller. Para él la lectura es un camino lleno de escollos que debe salvar. Por esa razón suele mirar con mucho recelo cuando alguien saca un libro y le dice, te voy a leer una historia…

Comentarios

  1. Me gustaría saber qué te escribí en el comentario de ayer; todavía estoy tratando de adivinar por que unas veces aparece mi comentario y otras no.

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