OCEÁNICO



Escrito por Greg Egan
Traducido por Claudia de Bella y Luis Pestarini
Publicado por Ediciones Cuásar
Recomendado para grandes lectores
Colección de cuentos – Ciencia ficción

     Con mis chicos de grado séptimo estamos leyendo cuentos de ciencia ficción. Leemos cuentos de Isaac Asimov, Robert Silvelberg, Joe L. Hensley, Ray Bradbury  y Gabriela Arciniegas, entre otros tantos nombres. Lo que se encuentran a veces los asombra, muchas los frustra, y otras los reta, pero la mayor parte del tiempo los obliga a detenerse y pensar. Hay quienes están padeciendo su lectura –lo que me duele- y hay quienes la está disfrutando –creo que son los más-. Con todo, hay quienes de tanto en tanto desisten y abandonan los relatos, bien sea por largos, bien sea porque no entienden a qué se están enfrentando. Tristemente, muchos de ellos saben algo de ciencia ficción más por las adaptaciones a la pantalla grande de los cómics, que por lo que han leído en formato impreso. Sin embargo, ahora, ellos están leyendo ciencia ficción. Yo solo espero que se diviertan.

     Para entender qué es la ciencia ficción hemos recorrido algunas de las épocas. Así, hemos hablado de Protociencia ficción y la Edad de oro y la Nueva ola y el Cyberpunk y el Steampunk, hasta que llegamos al presente, y ya no sabemos en qué época estamos, y solo encuentran algunos nombres con los que no saben qué hacer. Entre esos nombres ni siquiera está Greg Egan.

     Hubo un tiempo, en que los niños esperaban en la puerta de su casa que llegaran las revistas con los últimos relatos de Heinlein y Asimov y Bradbury. Hubo un tiempo en que las revistas costaban 25 centavos de dólar, y con un dólar completo se podía entrar al cine, comprar helados y tener una revista pulp completa para sí mismo. Por supuesto, el mundo editorial norteamericano ha tenido características singulares que posibilitaron el auge de la ciencia ficción. En esa época el género se estaba inventando. En estos momentos, los momentos de Cixin Liu y Neal Stephenson Y Vernor Vinge y Greg Egan, hay mucho acceso a la información sobre la ciencia y la tecnología, pero solo noticias como la del trasplante de cabeza logran emocionar a los jóvenes de hoy. La ciencia ficción, entonces, es una lectura que buscamos con tozudez aquellos que de niños soñamos con naves cargadas de ilusiones a las estrellas.

     Oceánico es uno de los libros con caratulas más feas que he conocido. Oceánico es uno de los libros más maravillosos y sorprendentes que he conocido. Oceánico es uno de los libros más complicados y retadores que he leído en el último año. Oceánico es un representante de aquello que los lectores, y aun los escritores, de distopías juveniles evitan, la ciencia ficción dura.

     Greg Egan presenta en este volumen tres relatos que desafían al lector, exigiéndole toda su atención a los detalles. El primero, que da nombre al volumen, relata la vida de un nombre que descubre la fe en un mundo mucho más allá de nuestra Tierra y que, sin embargo, prevé nuestra posibilidad de habitar en cuerpo y alma otro planeta. Empero, de forma similar a Adán, a Joseph Campbell, el protagonista descubre los elementos biológicos que permiten su fe. Es un relato realista y precioso, donde muestra que la creencia y la ciencia, pueden ser caminos hacia la verdad igual de consoladores. El segundo relato, Oráculo, nos habla de unos personajes similares a C.S. Lewis y a alan Turing, conjugados con una I.A. que ha viajado en el tiempo y que busca influir en él. El último relato, Singleton, es una historia de amor en tiempos de la física cuántica, una historia que se pregunta acerca del libre albedrío, y los límites de la humanidad y la capacidad de tomar decisiones.

     Oceánico es uno de los libros peor presentados que he visto. Si no hubiera llegado precedido de algunos comentarios encontrados en internet ni siquiera lo habría volteado a mirar, lo cual hubiera sido una lástima, pues se trata de uno de los libros de ciencia ficción dura más hermosos que he podido leer.    

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