Selección e ilustración de Shaun Tan
Introducido por Jack Zipes
Traducido por Antøn Antøn
Editado por Barbara Fiore Editora
Recomendado para lectores en marcha
Libro ilustrado
Catálogo, es la primera palabra que se me
viene a la cabeza cuando pienso en Los
huesos cantores. Por supuesto, se puede pensar en un catálogo de ropa, de
autos, de lencería o de juguetes. Sin embargo, la primera relación que se me
ocurre es con el mundo del arte. En especial, con esas publicaciones bellamente
editadas en donde se acompañan las obras de arte con sesudos ensayos de
especialistas que disertan acerca de uno u otro aspecto del artista o del
tópico explorado.
Los
huesos cantores son un catálogo.
Shaun Tan es uno de los escritores y
artistas relacionados con la Literatura Infantil y Juvenil más influyentes de
los últimos tiempos. Obras suyas son Emigrantes,
Cuentos de la periferia, La cosa perdida y El árbol
rojo, entre otros títulos.
Los
huesos cantores son un catálogo de Shaun Tan. Un catálogo que tiene el
propósito de iluminar 75 relatos de los hermanos Grimm. 75 relatos de una de
las obras más influyentes en el mundo occidental. Una de las características de
los catálogos es que se asoman a los detalles de las obras, rara vez a su
totalidad. Así, iluminan determinado aspecto de la pintura o de la escultura,
como si fueran incapaces de ver la totalidad. Empero, cuando se termina de leer
un catálogo, un buen catálogo, el lector queda con la sensación de poder mirar
las obras de las que se diserta desde una perspectiva nueva o, quizá, con una
mayor profundidad.
En Los
huesos cantores presenta al lector un conjunto de 75 fragmentos de cuentos
de los hermanos Grimm acompañados con una obra plástica realizada en arcilla en
conjunto con otros materiales. 75 fragmentos de los verdaderos cuentos de los
hemanos Grimm. 75 fragmentos acompañados de esculturas que representan ante el
lector los elementos primigenios que se pueden encontrar en el relato. 75
invitaciones diferentes a que el lector se siente frente a la obra de los
hermanos alemanes y la disfrute en toda su esplendorosa crudeza.
En el epílogo, Tan afirma haberse inspirado
en el arte precolombino y en las tallas de piedras de los Inuit. El resultado de
sus intervenciones es, precisamente, una obra poderosa en su simplicidad, con
una enorme riqueza de texturas y de colores, así como dinámica. Gran parte del
efecto, por supuesto, es también concebido a partir de la iluminación empleada
en su puesta en escena.
En síntesis, Los huesos cantores son un reclamo ante el amante de la literatura
infantil y juvenil en particular, y la literatura occidental en general,
convirtiéndose en una obra que cualquier lector desea tener en su estantería,
tanto para presumir como para seducir.
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