Escrito
por Cixin Liu
Traducido
por Agustín Alepuz Morales
Editado
por Nova (Ediciones B en Colombia)
Recomendado
para Grandes lectores
Novela
– Ciencia ficción
La ciencia ficción es per se subversiva. Lo es, porque presenta la forma de otros
tiempos, formas o pensamientos, reflejando, al mismo tiempo, la importancia de
lo que nos acontece a nivel personal y social. No importa si trata de
hombrecitos verdes o el descubrimiento de una nueva dimensión. Por eso es importante que niños, jóvenes y adultos lleguen a la ciencia ficción, porque muestra que otra
forma de pensar es posible.
No
toda la ciencia ficción, por supuesto, es de la misma calidad. Hay libros como Bill, el héroe galáctico, en los que uno
no puede parar de reírse, pasando por alto el estilo fácil e incluso la
incoherencia de la trama. Hay otros libros como Dune, Fundación o ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
que se instalan para siempre en la memoria y que constituyen referencias
permanentes. A este segundo grupo pertenece la trilogía de El problema de los tres cuerpos.
El fin de la muerte va más allá de la relación entre los
Trisolarianos y los terrícolas, se centra en la relación de la raza humana con
el Bosque oscuro, con el universo, y cómo esa relación va evolucionando allende
el tiempo. Es un libro terriblemente inteligente. Una de mis partes preferidas
es aquella en la que se emplea un cuento de hadas para transmitir información
de nivel científico y tecnológico. Con brillantez, Cixin Liu construye el
cuento y la mejor forma de descifrarlo, de manera lógica y verosímil. Más aún,
a partir de los indicios descifrados construye la siguiente fase de su
narración, y cuando creemos que el ser humano sabrá qué hacer ante el futuro…
Bueno, para eso hay que leer el libro.
El fin de la muerte es, también, un
relato desmedido acerca del tiempo y su influencia en la raza humana. Uno de
los grandes desafíos que presenta es la verosimilitud de las diversas épocas
que aborda, cómo presenta una ciencia y una tecnología que rebasan por mucho la
nuestra y que, sin embargo, nos presenta en un contexto donde la humanidad es fácilmente
reconocible. No importan los avances científicos, nuestra mezquindad y
capacidad de superación se mantienen intactas, allende el tiempo, las dimensiones
y el espacio. Más aún, aunque cuesta encajar el primer capítulo, Cixin Liu se
atreve incluso a explicarnos cómo funciona la magia.
Es,
por último, un libro para Grandes lectores, para aquellos que gustan de los
enigmas y de enfrentarse a ellos; para aquellos que gustan de las explicaciones
científicas y de las descripciones; para aquellos que disfrutan el lenguaje y
para quienes se atreven a viajar a través de eones y parsecs; es, en
definitiva, un libro para los amantes de la buena ciencia ficción.
¡Qué viva la ciencia ficción!
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