Escrito
por Rudyard Kipling, con textos de Javier Varela, Lola Pascual y Teresa Durán
Ilustrado
por Ajubel, Pablo Amargo, Isidro Ferrer, Pep Monserrat,Pablo Auladell, Paco
Gimenéz y Arnal Ballester
Traducido
por Gabriela Bustelo
Editado
por Kalandraka editora
Recomendado
para lectores en marcha
Antología
Este libro no nace como un proyecto
editorial, de hecho, aunque gira alrededor de Kipling, no pone el acento en el
texto alfabético, sino que lo hace en el texto gráfico. Este libro nace de una
exposición homónima organizada por el Museo Valenciano de la Ilustración y la
Modernidad (MuVIM). El hecho de que nazca de un proyecto de esta índole lo hace
radicalmente distinto. Este énfasis también es realizado en su presentación y
dos prólogos, Una aproximación a Kipling de
Lola Pascual y Por cierto: ¿es posible
ver a Kipling con otros ojos? De Teresa
Durán.
El texto de Lola Pascual se centra en la
capacidad expresiva de los diferentes ilustradores. Recorre una por una las
bondades de cada uno de ellos, subrayando las decisiones artísticas tomadas y
hace fijar al lector en muchos detalles que podrían pasar desapercibido a quien
no se haya acercado a un libro ilustrado, o pase de largo las ilustraciones,
concentrándose en el texto alfabético. Pascual no se límita entonces a
describir, sino que también señala influencias y posibles simbologías en
correspondencia con el texto alfabético que cada ilustrador reinterpreta.
Por otro lado, Teresa Durán hace un análisis
magnífico de la relación con la ilustración que tiene la denominada literatura
infantil, resignificando el término infancia, dependiendo si se la ve como un
estadio evolutivo o un estado mental. Así, replante al lector la relación texto
alfabético – texto gráfico y lo relaciona con los avances que han tenido los
medios de comunicación. De esta guisa, no se detiene solo en el álbum sino que
se detiene a hablar del cómic y del cine, y del papel de todos ellos en la
democratización de la cultura.
¿Qué queda más allá de estos dos textos?
Kipling, por supuesto. Un paseo por siete textos de Rudyard Kipling, que
comienzan en las fábulas y terminan en uno de sus relatos más urbanos, pasando
por diversos relatos que hablan de la lucha de los ingleses en su camino de
expansión. Palabras que hablan de la supremacía del hombre blanco sobre el
indio y, por extensión, sobre todo aquel que no fuera europeo. De esta forma,
Kipling, hijo del imperio justifica las acciones del imperio,
Allí
donde no manda la Ley de la Reina es irracional esperar que se observen otras
normas más endebles. A quienes corren por delante del carro de la Decencia y la
Corrección, logrando poner orden en plena selva, no se les puede juzgar por el
mismo baremo que a quienes se quedan en casa tranquilamente, engrosando ya las
atestadas filas, al estilo de la nutrida chin rusa (p. 149).
Por
supuesto, estas afirmaciones hay que entenderlas en el contexto político y
cultural de la época, que no es el actual, y esperemos que no se vuelva actual
en aquellos ires y devenires del tiempo.
Las
historias de Kipling, no son siempre luminosas y esperanzadoras como las de El libro de la selva, con frecuencia
recorremos caminos infames, angustiosos o espantosos, como en El hombre que quiso ser rey o El regimiento perdido. Quienes prefieren
los relatos de infancia, disfrutarán mucho más con El gato que siempre andaba solo, El pequeño elefante o, el inmortal, Rikki-tikki-tavi. Ya a quienes le gusta el relato rocambolesco e
insólito, podrán sentirse a gusto con El
cuento más hermoso del mundo.
Las
ilustraciones que acompañan estos relatos son un derroche de técnicas y de
simbolismos. Cada uno de ellos juega con su propio estilo y reinterpreta a su
manera las palabras de Kipling, deteniéndose en uno u otro pasaje, o contando
de forma paralelea su propia historia.
Así, ya sea a los ojos del lector
tradicional de Kipling, al del estudioso de la ilustración, o a quien le gustan
los libros ilustrados, este volumen es un regalo para los sentidos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi bolsillo lloró.
ResponderEliminarEl mio no se lo puede permitir. Además porque me falta comprar tres volumenes de Las mascaras de dios de Atalanta.
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