EL VIAJE DE OLEK


Escrito por Bart Moeyaert
Ilustrado por Wolf Erlbruch
Traducido por María Lerna
Editado por Barbara Fiore Editora
Recomendado para Lectores en marcha
Libro ilustrado

     Neil Gaiman tiene un poema llamado Instrucciones (mi traducción favorita es la de Mónica Faerna, que se encuentra en la edición de Roca Editorial de El cementerio sin lápidas y otras historias negras) que de manera sucinta guía al lector a través de las enormes sutilezas de comportamiento que hay que tener en Fantasía, en la tierra de las hadas. Gaiman dice entonces,

     No obstante,
     Si una criatura te dice que tiene hambre,
     Dale de comer.
     Si te dice que está sucia,
     Límpiala.
     Si llora porque se ha lastimado,
     Siempre que puedas,
     Alivia su dolor.
(…)
Todo favor será correspondido,
Toda deuda quedará saldada. (Op. Cit., pp. 211-213).

En esas palabras, quizá, está la esencia de El viaje de Olek. Ignoro si este relato hace parte del folklore alemán, sin embargo tanto en estructura como en contenido, esta obra de Moeyaert sigue la lógica del relato maravilloso, del cuento de hadas tradicional; siguiendo así la travesía del héroe señalada ya por Campbell. Sin embargo, una cosa es verlo desde el punto de vista académico, filtrado a través de la razón, otra cosa es dejarse llevar por el relato, desde aquel momento en que Olek dispara a un oso y vuelve con una pluma en el gorro, hasta aquel en donde derrota el diablo y consigue a una princesa.

La evolución de Olek en su camino heroico tiene lugar desde el mundo de lo cotidiano hasta que hace su ingreso en el mundo de lo maravilloso sin mayor transición, casi sin darse cuenta. Al igual que otros héroes de los relatos tradicionales, no hay nada que destaque en Olek, no es especialmente fuerte, no es especialmente una buena persona, a tal punto que llega a confesar, No soy un héroe –dijo Olek-. Soy malo como los demás” (p. 26). Tal, quizá, es la esencia del héroe, encontrar un relato, un instante en que se redima de todas sus penas, errores y culpas.


     El viaje de Olek se constituye como uno de esos relatos que los niños pedirán una y otra vez, y en los que también se sumergirán una y otra vez, sin importar el momento, el género o la edad, pues su tema central es arquetípico y nos corresponde a todos. 

Comentarios

  1. Diego, solo conozco este libro en fotografías, me muero por hojearlo al menos, me encantan los libros de Barbara Fiore. Gracias por el descubrimiento.

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  2. Es una cosa bella el trabajo de Barbara Fiore. Espero que lo puedas degustar pronto.

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