Autora
e ilustradora: Beatriz Martín Vidal
Editado
por: Thule ediciones
Recomendado
para: Lectores en marcha
Libro
álbum
Tal vez uno de los aspectos que definen un
clásico es la capacidad que tienen de quedarse dentro del lector. Así, aún nos
abismamos ante lo que debió sentir Rolando de Galaad al abrir la última puerta
de la Torre Oscura o nos podemos encontrar pensando de repente acerca de la
tristeza de Eponine, la más solitaria de entre todos los personajes de Los Miserables, o abandonamos a Dante cuando deja a Virgilio,
simple y llanamente porque el Paraíso es más atroz que el mismo infierno. Los
clásicos nos invitan a volver a sus páginas, a sus cuestionamientos, a la
esencia de lo humano.
Nuestros primeros clásicos, queramos o no,
estemos listos o no, son los cuentos de hadas, en cualquiera de sus versiones, fiel,
expurgada, actualizada o deformada a punta de edulcorantes artificiales o
brillantina violenta, son los cuentos de hadas, bien sea en su vertiente
alfabética o audiovisual. Por otro lado, en tanto Disney está decidido a seguirnos
timando con las versiones Live action de
los cuentos de hadas que ya deformó en versiones animadas, mientras Neil Gaiman
insiste en publicar La joven durmiente y
el huso, una audaz vuelta de tuerca a La
bella durmiente. Lo que esto implica, la razón de que esto funcione, es que
los arquetipos que resuenan dentro de estos cuentos son aún relevantes para
nosotros, aún hacen que nos sigamos haciendo preguntas.
Así, a la manera de Los misterios del Señor Burdick, Beatriz Martín Vidal, la misma
ilustradora de Birgit, plantea en Enigmas una serie de preguntas que nos
permiten indagar en la psicología de Blanca Nieves, Rapunzel, Caperucita y
Pulgarcito, entre tantos otros personajes sempiternos; que nos permiten
profundizar en los mismos relatos que ellos protagonizan. De esta manera, comienza
a resonar profundamente en alguna parte interna del lector, comienza a hablar
del nivel de desorganización psíquica que tuvieron que sufrir quienes se
enfrentaron a las brujas y los lobos y los ogros y se atrevieron a permanecer a
pesar de la magia, y del horro y del espanto. Pensamos, por un momento, que
Pulgarcito no solo fue increíblemente valiente, sino también increíblemente sanguinario
para hacer que el ogro sacrificara a sus propios hijos en su lugar, o qué hizo
volver a Hansel y Gretel o qué tan mala fue y será siempre la madrastra. Lo que
no dicen las palabras, lo aúllan sus ilustraciones.
A la manera de los cuentos de hadas, Enigmas se queda resonando en algún
lugar muy profundo, muy nuestro y muy oscuro.
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