EL MARAVILLOSO SOMBRERO DE MARÍA


Autor e ilustrador: Satoshi Kitamura
Traducido por: Rodrigo Morlesin
Editorial: Océano Travesía
Recomendado para los pequeños.
Libro-álbum


     La imaginación es una de las cosas más maravillosas del ser humano, es aquello que nos permite, en verdad, diferenciarnos de los otros seres que nos acompañan. Con la imaginación exploramos lo que puede suceder o lo que pudo haber sucedido; el sí, el no, el quizá; lo imposible, lo improbable, lo posible, e incluso lo inasible. Sin embargo, es curioso, que a medida que crecemos la imaginación se la otorgamos a un pequeño reducto de personas: a los niños, a los poetas, a los artistas. El maravilloso sombrero de María es un himno a la imaginación.

     Una de las cosas que más me gusta de la obra de Satoshi Kitamura es que no es una obra de blancos y negros, de bien y de mal; por el contrario, hay un amplio territorio de sombras, de grises, como lo atestiguan títulos como ¿Yo y mi gato? Y Fernando furioso; en este último como ilustrador.

     El maravilloso sombrero de María apuesta, por supuesto, por la imaginación, pero no se trata de la imaginación desbordada de un niño autista que ni siquiera se relaciona con su entorno. La primera sorpresa que nos da el libro es que se trata de una imaginación compartida en la que el adulto es cómplice del niño; en la que el adulto brinda oportunidades para que la imaginación florezca y se imponga sobre la realidad; y donde al mismo tiempo la realidad juegue con la imaginación, la influya y elabore esa construcción. La segunda sorpresa es que esa complicidad no es una excepción, si no que el guiño cómplice pervive y se reproduce. Así, la imaginación es alimentada y preservada. Ha de aclararse que se trata de imaginación y no de fantaseo. La imaginación construye, el fantaseo es onanista, al menos si aún le creemos a Freud.

     Sin embargo no todos son rosas en este volumen. A pesar de la cuidada edición de Océano Travesía, la paleta de colores deja mucho que desear. En realidad, se me hace sospechoso que en libros como los ya mencionados en el segundo párrafo, la paleta de colores de Kitamura es fuerte, plena de colores vibrante. En contraste, en El maravilloso sombrero de María se impone una paleta de colores pastel, desvaídos, casi de un libro viejo que ha perdido el color, hecho que en verdad se lamenta. ¿Será esto debido a que su protagonista es femenina?


     Con todo, se trata de una obra que impacta tanto por el mensaje implícito para los adultos, como por el reconocimiento que hace a la imaginación como una forma de construir la realidad. 

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