LA TUMBA


Autor: Jim Butcher
Traducido por: Isabel Notario Matey
Editorial: La factoría de ideas
Recomendado para: Jóvenes lectores
Novela

     La palabra saga traduce simplemente historia y se origina por allá en las narraciones nórdicas. Así, hay títulos como Saga de Egil Skallagrimson  o Saga de Víglundar o Saga de Grettir. Al parecer las sagas tuvieron un origen en la oralidad y luego se empezaron a ver plasmadas por escritos. La única que recuerdo haber leído, la Saga de Egil Sakallagrimson, narra la historia de un hombre que es un poeta y un guerrero y un proscrito, y que si nos fiamos de las palabras de Borges, es el reflejo de un habitante típico de las tierras del norte.   
     En algún momento la palabra saga comenzó a ser empleada para historias de fantasía que demandaban más de un volumen para ser completadas. Así, algunos hablan de la saga de El señor de los anillos o de la saga de Canción de hielo y fuego, incluso de Saga Divergente o saga Star Wars. Las sagas parecen abundar el día de hoy.
     Sin embargo, el uso de personajes que extendía su vida y obra durante más de un volumen es de larga data. Recordemos a Sherlock Holmes o las narraciones de las mil noches y una noche, incluso algunas de las obras históricas de Shakespeare y el mismo Quijote de Cervantes.  
     Más debe reconocerse que el origen de muchas sagas de hoy en día deben su origen a intereses más económicos que narrativos. Como si no podríamos explicarnos que se lance un nuevo libro de Crepúsculo de Stephenie Meyers que aborda el mismo relato con los géneros cambiados, o que un relato como El Hobbit haya sido extendido de manera innecesaria en su adaptación al cine.
     Hay sagas y sagas por supuesto. Una de ellas es la de Mundodisco del genial Terry Pratchett, otra de ellas es la saga de Harry Dresden de Jim Butcher. A diferencia de las sagas juveniles que hoy en día imperan, los libros de Butcher pueden ser leídos de manera independiente y cada uno de ellos va mostrando una ampliación del mundo en el que habita el protagonista.
     Harry Dresden es el único mago de Chicago, un representante del Consejo Blanco, ahijado de una Sidhe y una suerte de miembro de honor de una manada de hombres lobo. Con todo, no es esto lo más relevante de sus relatos- que ya llevan diez traducidos, solo tres han ido llegando de uno a uno a Colombia- sino la forma en que poco a poco, paso a paso, libro a libro el círculo en el que se mueve se va ampliando, complejizando. Si en el primer libro es un mago a sueldo de la policía, en el segundo se muestra otras criaturas como los hombres lobos, en el tercero se asiste al mundo de Fantasía, de los Sidhe, con sus propios protocolos y normas. Lentamente, paso a paso, las barreras de la realidad van cediendo.
     Desde el lado del discurso de género, las Saga Dresden está tejida a la antigua, e incluso, si así se quiere leer, con algo de misoginia: algunas de sus más grandes adversarias son mujeres o, por el contrario, son mujeres necesitadas de un campeón a su lado. Pero este es solo un aspecto, del que no estoy seguro que resista un examen denodado, que no mengua el encanto de su obra.

     Habrá Dresden para rato si el público quiere, y si aceptas hacerle un lugar en tu estantería, convertirlo en una puerta a un mundo poblado de magia acechando justo en los intersticios del nuestro.     

Comentarios

  1. La señora ISABEL NOTARIO MATEY debería dedicarse a la cría del langostino, porque en el terreno de la traducción es UNA VERDADERA VERGÜENZA. No tiene ni idea de lo que lleva entre manos, y leer un libro traducido por ella es una pérdida de tiempo porque NO TIENE NADA QUE VER con el texto original. Vale que se ayude del traductor automático de Google, pero es intolerable que se limite a meter el texto original y transcribir «lo que salga» sin interpretar lo traducido. Y parece que se gana la vida así.

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