LA JOVEN DURMIENTE Y EL HUSO


Autor: Neil Gaiman
Ilustrado por: Chris Riddell
Traducido por: Mónica Faerna García-Bermejo
Editorial: Salamandra
Recomendado para: Lectores en marcha
Libro ilustrado

Es indudable que la obra de Gaiman está impregnada del sabor de los antiguos cuentos de hadas que tanto ha querido y conoce. De hecho uno de mis poemas favoritos, incluido en El cementerio sin lápidas y otras historias negras, es Instrucciones, en donde recopila todos y cada uno de esas pruebas a las que los héroes de los cuentos de hadas (Hay un gusano en el corazón de la torre;/ y esa es la razón por la que no durará para siempre, aún me estremece), de quienes ingresan en Fantasía.
Sin embargo, mientras Lacombe busca recuperar y reconstruir para los lectores los cuentos de los hermanos Grimm, tal y como estos fueron recopilados, Gaiman los transforma, los revaloriza, acentúa nuevos aspectos y los convierte en otra cosa. Así, en La joven durmiente y el huso renuncia a cualquier idea de príncipe y se centra en un conjunto más insólito de protagonistas, una joven reina, que no desea casarse, y tres enanos (Los enanos tenían nombre, pero a los humanos no les estaba permitido conocerlos, pues los nombres eran algo sagrado.
La reina tenía nombre, mas ahora todos la llamaban “Vuestra majestad”. No abundan los nombres en este relato.), quienes con lealtad, bravura y mucho sentido común se adentran en el reino dormido de esta historia encontrando que no siempre los cuentos de hadas son lo que parecen.
Las ilustraciones de Riddell, en blanco, negro y dorado, complementan la obra de Gaiman, amplificándola y añadiéndole sus propios ingredientes secretos con el sabor de antaño.
De esta manera, para los amantes de los cuentos de hadas, en general, y para los amantes de la obra de Gaiman, en particular, esta es una obra a incluir en su biblioteca. 

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