Autores: John Joseph Adams (Ant.)
Traductor: Patricia Nunes, Diana Falcón, Simon Saito, Bettina Blanch.
Editorial: Booket
Recomendado para: Jóvenes lectores
Antología de relatos
Aunque
en la actualidad solemos asociar los zombies a The Walking Death y una
multitud de series semejantes, no debemos olvidar que la idea original del
muerto viviente, de este tipo de muerto viviente, es latinoamericana, más concretamente
de Haití, en donde las creencias africanas en fusión con las creencias católicas
dieron origen al vudú. Así, la idea del descerebrado muerto viviente comienza
con la tradición oral, luego es retomada por las revistas pulp y el cine de serie B norteamericano hasta llegar a una suerte
de época dorada con las películas de George Romero.
Romero
convierte al zombie en un símbolo
político que denuncia el consumismo desaforado propio del sistema capitalista.
Los muertos vivientes justifican su afán de consumir cerebros porque esta es la
única forma de acallar el dolor de estar muertos. El seguidor de los relatos
entiende entonces un elemento adicional, un atroz elemento adicional, estar
muerto es doloroso, no hay paz en la tumba, no hay paz alguna para el que
regresa.
Ahora,
la novela gráfica, el cine y la televisión, han revestido de múltiples formas
al zombie, haciéndolo protagonista de relatos apocalípticos como The Walking Death o Guerra Mundial Z (libro magnífico que en algún momento reseñaré),
donde la esperanza se desvanece poco a poco, a dentelladas. En este orden de
ideasn, Zombies, la antología de John Joseph Adams, permite recoger un
género que en Colombia todavía no despega del todo, rindiéndose a la novela
como forma suprema de la literatura, y un protagonista que se suele asociar a
una forma única, la de la criatura devoradora de carne que arrastra sus pies
con torpeza y no tiene posibilidad alguna de interaccionar de manera efectiva
con el mundo alrededor. Más allá de esto, los autores de esta antología recogen
la figura del zombie como una
criatura proteica, capaz de ubicarse en cualquier tipo de sociedad, en
cualquier época, capaz de cualquier uso.
Dos
relatos, de los 31 que componen este volumen, destaco. El primero de ellos es La foto de la clase de este año de Dan
Simmons, protagonizado por una profesora de más de setenta años que insiste en
ejercer su labor, su vocación, y defender a sus alumnos frente al terrible
mundo en el que se halla inmersa su escuela, aunque sus mismos alumnos sean
muertos vivientes. El otro relato es Calcuta,
el señor de los nervios de Poppy Z. Brite, una oda y crítica terrible a la
ciudad hindú, donde se destaca el lenguaje que emplea el autor. Por último, me
gustaría nombrar el relato de Neil Gaiman, habitual en este blog, porque
recupera los elementos de la narración oral del relato de zombies. Aclaro, empero que la antología no se finiquita con estos
tres relatos, no se pueden olvidar los muchos abordajes que hacen los autores
de este arquetipo, que va desde el ejercicio de la música hasta el oficio más
viejo del mundo. Por supuesto, estas historias hablan más del ser humano que de
las criaturas que nos aterran.
Lee la antología de cuento colombiano: "Cuentos Caníbales" segunda vez que te la recomiendo.
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