ERA LA GUERRA DE LAS TRINCHERAS



Autor e ilustrador: Tardi
Traductor: Enrique Sánchez Abulí
Editorial: Sexto piso
Recomendado para: Grandes lectores
Novela gráfica

Creo que mi generación (aquellos nacidos a finales de los 70´s) tuvo el fantasma de la guerra de Vietnam, supo algo de la Guerra de Beirut, se atemorizó con la Tormenta del desierto y sus derivados, y ha vivido siempre con el fantasma de la Tercera Guerra Mundial, que comenzó siendo nuclear y su vertiente última se inclina más hacia lo bacteriológico.  No podemos olvidar, por supuesto, la Segunda Guerra Mundial, que ha extendido su sombra bajo dos elementos principales, el genocidio Judío y el nombre de Adolf Hitler. Poco sabemos, poco parece importar la Gran Guerra, la Primera, la que duró cuatro años, y de la que se rescatan nombres como El Barón Rojo o biplanos o Archiduque Francisco Fernando; nombres que poco a poco, más allá de la revisión escolar poco significado tienen para nosotros. Antes de continuar he de declarar que cuando digo nosotros me refiero a la generación de finales de los 70´s colombiana. En nosotros, esa guerra parece tener poca impronta.
Por supuesto podemos culpar al cine por ello, y a la literatura, y al aparato periodístico que hablan de Hitler y los judíos asesinados y Ana Frank y las cámaras de gas, y los aliados, por supuesto los Aliados son importantes, pero poco hablan del horror anterior.
Por otro lado Tardi parece no olvidar ese momento, la Guerra de las Trincheras. En contraparte al cine de los 70´s y 80´s, en donde las producciones fueron un canto al heroísmo norteamericano, a la “belleza” de la guerra, Tardi se dedica, con la precisión del historiador, a contarnos como fue esa Guerra, como fue percibida en las ciudades, entre los ciudadanos de a pie, y cómo fue vivida por los soldados que día a día se las arreglaban entre el lodo y las alambradas, los disparos y las minas, sin saber muchas veces por qué, añorando a sus amados que estaban lejos de las líneas de combate, enloqueciendo por momentos a causa del hambre, el tedio y la sed. Y el miedo, el omnipresente miedo.
Así mismo, aunque en algunos momentos las ilustraciones de Tardi parecen más cercanas a la caricatura, la fuerza de los escenarios, los diálogos, las citas que incluye, sus propios comentarios, hacen de esta novela gráfica una obra sobre la que se debe volver, pues es un retrato de un puñado de hombres, de uno y otro bando, que solo fueron hombres enviados a matarse entre sí, como en todas las guerras.

En este orden de ideas, Era la guerra de las trincheras es una novela gráfica de no ficción que ayuda al lector joven a tener una idea más concreta de lo que significa un campo de batalla, lejos de cualquier estúpido romanticismo bélico, en tanto para un historiador significa una recreación bastante fidedigna de uno de esos grandes horrores históricos que hemos atravesado.   

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