EL OCÉANO AL FINAL DEL CAMINO


Autor: Neil Gaiman
Traducido por: Mónica Faerna
Editorial: Roca editorial
Novela
Recomendado para: Grandes lectores

     Gaiman se ha convertido de a poco en una referencia obligada para todos los lectores de literatura fantástica, que no solo conocen toda su obra sino que lo han convertido en una suerte de rock star. Su vasta obra abarca desde la novela gráfica, donde es conocido sobre todo por The Sandman, hasta la literatura, donde ha publicado tanto para niños y jóvenes, como para adultos; manejando en todos los casos una amplia variedad de temáticas, tratamientos y personajes. Esto último ha evitado que se llegue, o lo lleguen, a encasillar. De tal manera que sus obras juveniles -destinadas a este público o apropiadas por él- hacen más referencia a elementos mitológicos que a la implementación de armas mágicas o mundos postapocalípticos. Así, la fantasía de Gaiman se ubica más en los intersticios de nuestro mundo que en otros.
     El océano al final del camino había sido una obra añorada desde su publicación en el 2013, pero solo fue hasta hace dos meses que llegó a Colombia. Por supuesto no estuvo en los estantes de novedades, pareció simplemente en los anaqueles de literatura fantástica, puesta casi de manera descuidada, como si se tratase de un libro más.
Muchos seguidores de este autor pueden considerar esta obra como juvenil, dado que su protagonista es un niño que se enfrenta a una situación fantástica. Empero, nada más alejado de la realidad. El océano al final del camino es una obra más adulta, en tanto se decanta por contar como un chico madura al cargar la responsabilidad inmensa de ser un hombre valioso, en virtud del sacrificio que fuerzas arcanas han hecho por él.
El argumento es aparentemente sencillo. Un niño, un héroe lunar en este caso, se enfrenta a una pesadilla, un monstruo más allá  de los límites de la realidad que ha estado esperando, ansiando el momento de ingresar en nuestro mundo. Para ello contará con la ayuda de una niña y su familia, que son a la vez tres y una, y que a pesar de su forma humana, son representaciones de fuerzas mucho más antiguas que el mismo universo. No hay justicia en ningún momento, tan solo la sólida carga del deber y una concepción majestuosa de lo que significa la madurez, el ser adulto.
Con esta novela Gaiman ha vuelto a poner muy el alto el listón de la literatura fantástica, que se encuentra más allá de los públicos y del mercadeo editorial. Una obra por la que es inevitable sentir una honda nostalgia una vez se lee la última línea. 


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