Narración de Arthur Gordon Pym


Autor: Edgar Allan Poe
Ilustrador: Luis Scafati
Editorial: Libros del zorro rojo
Recomendado para: Jóvenes lectores
Novela ilustrada

Dos de los autores que no deben falta en la adolescencia son sin duda, Edgar Allan Poe y Howard Phillips Lovecraft. En mi caso recuerdo con gran viveza relatos como El horror de Dunwich, El color surgido del espacio, El pozo y el péndulo, Silencio o Hop-frog, relatos que me devoraba de una sola sentada, incapaz de moverme para saber que seguía, que iba a pasar al final con el protagonista, si moría de manera miserable, si vencía el monstruo, si la esperanza era vencida al final.
De manera reciente, Danny, mi bibliotecario de cabecera, mi cómplice en crímenes bibliográficos, realizó un amplio pedido de libros de terror –con motivo de las celebraciones del mes de octubre-  entre los que destacó ante mis ojos la Narración de Arthur Gordon Pym, uno de esos relatos cuya fama parece ser mayor que su lectura. Los lectores de Poe hablan de manera incansable de Narraciones extraordinarias pero poco se habla de Gordon Pym. Algunas de las razones principales para estos son su consideración como obra inconclusa y el extraño efecto de fragmentación que genera en el lector, como si de dos obras diferentes se tratase. Sin embargo, en lugar de considerar estos elementos como falencias, también pueden verse como virtudes, en primer lugar en razón del tipo de obra que se abarca, de la empresa a la que el protagonista se ve abocado; en segundo lugar de la forma en la que la literatura de terror vence a la de aventura en el corazón, en el alma de Poe. Así el relato también exige, de alguna manera, que sea completado, reescrito, reinterpretado por el lector o, en el caso de Lovecraft, por otro escritor. De esta guisa, En las montañas de la locura se puede leer como una reescritura de las aventuras de Gordon Pym, puesto que los vasos comunicantes entre ambas obras resultan más que evidentes.
Destaca en Narración de Arthur Gordon Pym, la viveza y crudeza de las descripciones, la brutalidad de los hechos narrados, el advenimiento paulatino del horror y el desconocimiento absoluto que en la época se tenía de la Antártida, y que hace añorar al lector la posibilidad de nuevas fronteras, de nuevos misterios.
Las ilustraciones en blanco y negro de Luis Scafati son un complemento perfecto con sus trazos cargados de expresividad y el empleo de negro como forma de profundizar la angustia, lo ominosos y esa presencia constante de la muerte, quien persigue a Gordon Pym en cada paso, esperando el mínimo traspiés para abalanzarse sobre él.  

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