Es común en
Colombia, que en el mes de abril, alrededor de la celebración del Día del
idioma, se organicen en las diferentes instituciones educativas múltiples Ferias
del libro, con el ánimo de que las comunidades educativa tengan acceso a una
amplia diversidad de títulos. A medida que pasa el tiempo, sin embargo, se comienza
a desistir de la idea; en primer lugar porque estas pequeñas Ferias de libro se
suelen cruzar con la feria del libro de Bogotá, lo que hace que los principales
sellos editoriales alisten con semanas de anticipación su personal y sus fondos
para irse al consabido encuentro cultural. Por supuesto esto no hace que las
Ferias del libro se cancelen sino que se trasladen para otras fechas, menos
emblemáticas, quizás, pero igual de relevantes. En últimas, se trata de sólo
una excusa para dedicarle tiempo a la lectura.
Con todo,
durante el último año en Cali, la situación se está volviendo preocupante. Para
quien no la conozca, esta ciudad se reconoce como la Capital Deportiva de
Colombia, tiene una de las redes de bibliotecas más interesantes que existen y
desde aquí se dirige, de alguna manera, la Red de Bibliotecas Departamental del
Valle del Cauca. Sin embargo en materias de librerías tenemos poco menos de un
puñado. En primer lugar se encuentra la librería Nacional, la principal cadena
de librerías centrada principalmente en la distribución de libros comerciales.
Si tienen el último libro de Campbell, por ejemplo, se encontrará anunciado en
la página web, mientras en alguno de sus puestos de venta estará refundido en
alguno de sus anaqueles donde no llamé mucho la atención. En tato, si se ha
lanzado el último libro del exmandatario de turno, si se encontrará en las
vitrinas, en tantos ejemplares como sea posible. Creo que así te darás una idea
querido lector. En segundo lugar se puede encontrar la Librería Panamericana
(prefiero llamarla así), que en Bogotá puede ser un edificio hasta de seis
pisos lleno de libros y que en Cali se limita a ser una gran papelería con
muchas góndolas de libros. En tercer lugar se encuentra la Librería
Internacional, justo en la Biblioteca Departamental, donde si usted consigue
alguien que lo atienda puede encontrare buenos títulos. En cuarto lugar, puede
encontrar a expresión Viva, con su variante de la Cafebrería. Expresión Viva es
principalmente un espacio de promoción de lectura desde donde se dirigen muchas
actividades de este tipo por dentro y fuera de la ciudad. Usted puede llegar
tomarse un café, conversas acerca de la literatura en general y llevarse uno o
varios libros. Su satélite es la Cafebrería, un pequeño espacio para degustar
café, hojear libros y llevarse el que le guste, justo en la Biblioteca Centenario.
La única falla de expresión viva consiste en su desorganización a la hora de
encargar o distribuir algunos libros. Esta falla no les es única a ellos, la
comparte con librerías con mayor reconocimiento a nivel nacional como La
madriguera del conejo, un desastre en su departamento de finanzas. En quinto
lugar se puede encontrar La Casa de la Lectura, otro espacio de promoción de lectura,
situado cerca del Zoológico de Cali, con unas instalaciones preciosas, donde
usted puede sentarse a conversar con Olga o Alberto, quienes lo atenderán con
una sonrisa en los labios, un café y de paso también podrá llevarse algún libro.
Infortunadamente su oferta es pequeña y se centran primordialmente en la
Promoción de lectura. En último lugar vamos a situar las librerías de viejo, lo
que en otras ciudades pasan por librerías de viejo, y que en nuestra ciudad es
en parte venta de libros de segunda, centros de piratería y, maldita sea,
distribuidora de libros robados a bibliotecas como al Departamental y la del
Valle. También hay que decir, que centros como La esquina del Libro y otros
pequeños, devuelven oportunamente este tipo de libros a las Bibliotecas.
Amen a esto
se cuenta con dos –tres- Bibliotecas principales: La Departamental, sobre la
Calle Quinta; la Biblioteca del Centro Cultural Comfandi, en el centro de la
Ciudad; y la Biblioteca Centenario, que está renovándose, abriéndose al público
de una manera amable. En último lugar debería mencionarse en Centro de
documentación del Banco de la República, en donde se pueden hacer muy buenas
investigaciones a nivel local, también ubicado en el centro de la ciudad.
Todo este
prologo para decir que la ciudad no tiene las mejores condiciones culturales
alrededor del libro. Una vez al año se celebraba una pequeña Feria del Libro
del Pacífico que durante muchos años se realizó en las instalaciones de la
Universidad del Valle, con un programa más universitario que de ciudad y que
languideció y murió en la Biblioteca Departamental, ante un público que parecía
desinteresado.
Y es que Cali
parece no ser una ciudad lectora. Durante años se la ha convertido en punto
neurálgico de encuentros deportivos y se la ha estigmatizado como la Ciudad de
la Salsa, espacios en donde se han convergido los esfuerzos políticos. Sumado a
esto, aunque existen diversos espacios dedicados a la Promoción de lectura, es
muy difícil unirlos, teniendo como resultado en cada reunión una discusión
acerca de egos institucionales y de fondos, que hacen difícil lograr
resultados. De la misma manera, cuando son los promotores de lectura, quienes
intentan organizarse, se encuentran con obstáculos institucionales muy
complicados, como la prohibición de permanecer en otras organizaciones por
motivo propio. De otra forma, el único lugar que pueden ocupar es el de sus
instituciones con todas las consabidas limitaciones que eso tiene. En las
ocasiones que se ha intentado, se ha concluido que a menos que se vaya con un
pool de abogados, será difícil sacar algo productivo de estas reuniones.
Las consecuencias de esto son cada vez más
complicadas y molestas. En una reunión con algunos amigos nos encontramos con
las mismas molestias. En lo personal, por un viaje a Europa hace año y medio
pude conseguir un libro de King que quería, El
viento por la cerradura, y que hace dos semanas apenas llegó a la Librería
Nacional. Uno de mis amigos ha tenido que esperar más de dos semanas por un
libro de Jodorowsky y casi un mes por las Obras Completas de San Juan. Más allá
de eso sin embargo hay signos de preocupación. Comencé hablando de las Ferias
del libro escolares, porque son un síntoma importante de lo que está
sucediendo, también de lo mala plaza referente al consumo de libros que puede
ser la ciudad, porque en este momento los distribuidores principales se están
retirando, es decir, si antes Plaza & Janés o Fondo de Cultura Económica,
tenían representantes de sus empresas en Cali, esto ya no es así. Esta figura,
o cargo, está desapareciendo y para poder acceder a los distribuidores hay que
comunicarse directamente con Bogotá.
Como
siempre la respuesta editorial es desalentadora. No hay planes de promoción de
lectura ni descuentos en los libros ni planes agresivos de comercialización.
Cali no es una buena plaza es la respuesta, pero no hay ninguna intención de
cambiar esa situación. No hay ninguna búsqueda de educar al consumidor o de
ofrecerle otras cosas, no hay alianzas ni búsqueda de esas alianzas. Con todo,
Cali quedará al albedrío de las editoriales que venden libros de Plan Lector, más
interesadas en lo didáctico y lo pedagógico, en lo políticamente correcto, que
en la calidad y diversidad literaria.
Claro que
la respuesta política tampoco es muy buena. No hay presupuesto, el MIO no
funciona, estamos llenos de huecos, las caleñas son como las flores, tenemos
que invertir en tecnología y un largo etc., por delante. Mientras tanto nos
seguiremos solazando, tenemos importantes escenarios deportivos, bailarines
excepcionales, y las manos vacías, añorando nuevos y buenos libros.
Saludos desde México a los lectores colombianos,Ojalá sus problemas se vayan reduciendo.En México también tenemos algunos problemas en la promoción de la lectura pese a algunos avances relativos como son las bibliotecas estatales,y municipales,ferias del libro como la de minería o la internacional de Guadalajara.
ResponderEliminarBueno Saludos y sigamos en la ruta de la promoción de la lectura a todos los niveles y desde diferentes trincheras.
Saludos desde Panama. Si usted cree en el departamento ese hay problemas, el paisito que es Panama, tiene tan pocas bibliotecas y librerías que puede visitarlas todas en un día.
ResponderEliminarMuy bien, mucha información, muchas utilidades, pero por favor no escribas tan largo.
ResponderEliminarComparto tu sentir. Y para mí que soy telegramática (¿o twitterata), no escribiste largo. ¿Recuerdas el cuento de los dos vendedores de zapatos que fueron enviados a África? Uno escribió a su jefe: "ninguna posibilidad aquí nadie usa zapatos" y el otro decía en su mensaje: "todas las posibilidades: aquí nadie usa zapatos". Tal vez se necesiten mejores vendedores, mejores promotores.
ResponderEliminarHola, antes que nada quiero agradecer a Mario, Diego, Relata y Marta, por sus comentarios. No sé que es más triste, saber que nuestra situación no es única en Amperica Latina, o saber que no estamos solos.
ResponderEliminarEn resumen, diría que tenemos el derecho a exigirle a las editoriales que hagan su parte, que dejen de quejarse por la situación de la lectura en nuestros países, que dejen de esperar que los gobiernos les hagan todo el trabajo y se las pongan fácil y se arriesguen a publicar libros de calidad y a invertir en promoción de lectura. Lo que venimos viendo es que las editoriales se quejan ante el auge de los libros electrónicos, la piratería -tanto electrónia como física- y los pocos índices de lectura, pero poco están haciendo para consolidad el libro como un elemento cultural valioso. Si quieren su parte del mercado, y vivimos en una cultura del consumo -queramoslo o no- también deben hacer su parte, hacer su tarea.
Acerca del comentario de Relata, hacer análisis significa tambien dar tiempo para ello, el hecho de que se trate de un espacio digital no implica necesariamente que sólo tengamos tiempo de leer cosas cortas o melaza premasticada, una prueba de ello es que llegaste hasta el finald el escrito y te tomaste el tiempo de comentarlo.
Por lo pronto es todo, de nuevo agradezco su presencia y espero que sigamos leyendonos.
Cordialmente,